5 datos al respecto presentados por el PMA
Un tercio de todo el alimento producido para el consumo humano es desperdiciado. Para prevenir que los agricultores pierdan grandes porciones de sus cultivos, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ayuda aumentando la disponibilidad de alimentos en el mundo. Esto es un paso vital para conocer las necesidades de cultivos en el mundo, y es uno de los tres pilares del Reto Hambre Cero.
Todos los años, 1.3 mil millones de toneladas de alimentos producidos para el consumo humano son desperdiciados globalmente
En el África Subsahariana, los agricultores pueden perder hasta el 30 por ciento de sus cultivos. Los productos alimenticios pueden dañarse, ser alterados, o perderse mientras son cultivados, manejados, procesados, guardados o transportados.
Los agricultores suelen usar métodos tradicionales de almacenamiento hechos de paja y madera. Esto deja los cultivos vulnerables a la lluvia e infestación de insectos y roedores. Utilizan técnicas anticuadas y herramientas que pueden dañar los granos cuando cosechan o limpian los cultivos. Para las familias rurales, la pérdida de alimentos significa pérdida de tierra, trabajo, agua, fertilizantes e ingresos. Los desperdicios de alimentos también privan al agricultor de la oportunidad de expandir su negocio.
Las soluciones para la pérdida poscosecha pueden ser simples y razonables
Gracias a la experiencia que tiene el PMA en el campo, la organización ha entendido que pasos simples y razonables, como mejorar la infraestructura de almacenamiento e implementando técnicas de cultivos eficientes, pueden reducir drásticamente la pérdida de alimentos. Esto incrementa la cantidad de alimentos disponibles para consumir y amplía los mercados locales, lo cual significa una mejora en la seguridad alimenticia y mayor resiliencia para los agricultores.
Los esfuerzos para mejorar el manejo poscosecha pueden tener un gran impacto en la seguridad de los alimentos que se consumen
Debido a que los pequeños agricultores no pueden obtener mayores precios por su calidad de grano, ellos por lo general conservan los productos dañados o sucios para su propio consumo. Los esfuerzos para mejorar el manejo poscosecha también pueden crear conciencia sobre lo peligroso que es ingerir alimentos dañados. Las capacitaciones sobre el control del manejo y calidad de los cultivos, como las sesiones del Blue Box, han demostrado ser efectivos a la hora de alertar a los agricultores sobre las consecuencias negativas que estas prácticas pueden producir en su salud.
Con mejores prácticas de manejo poscosecha, los agricultores pueden ganar más de sus productos
Cuando los agricultores son capaces de lograr que sus cultivos tengan una calidad mayor, tienen más para vender y, por ende, obtienen una mayor ganancia. Con acceso a un mejor almacenamiento, el cual mantiene la calidad del cultivo por periodos más largos, ellos podrían obtener mejores precios en el mercado. Esther es una pequeña agricultora del este de Uganda. Antes vendía sus cosechas justo luego de recogerlas para evitar cualquiera pérdida. Hoy, ella puede almacenar y vender su producto cuando los precios les sean más favorables.
La reducción de las pérdidas posteriores a la cosecha puede aumentar la cantidad de alimentos disponibles en todo el mundo
Las pérdidas poscosecha pueden llegar a causar inseguridad alimentaria para millones de familias agricultoras en todo el mundo. La producción eficiente es una de las claves para enfrentar la necesidad alimentaria del mundo. Reducir las pérdidas poscosecha puede incrementar la cantidad de alimento disponible sin recursos adicionales o desfavorables al ambiente. Asegurarse que los productos entren al mercado podría ser un rol importante en crear un mundo con cero hambre.
