Agroindustria

Agilizan anteproyecto para permitir cultivos de transgénicos

Con el fin de dar la autorización para la siembra de maíz transgénico, las secretarías de Medio Ambiente y Agricultura enviaron a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria el anteproyecto del régimen especial del grano, requisito establecido por la Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados para permitir los cultivos experimentales y comerciales que prevén realizar transnacionales.

La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Recursos Hidráulicos, Pesca y Alimentación (Sagarpa) informó que las solicitudes de liberación experimental de maíz transgénico, entre ellas el plan maestro, están “en trámite” y que la resolución se revelará por medio de un grupo técnico.

Reiteró que una vez que finalice la construcción del marco normativo sobre el régimen de protección especial para el grano se procederá a la decisión sobre la autorización o rechazo de las solicitudes que se sometieron a consulta pública en enero de este año.

El Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, con sede en Irapuato, presentó, bajo la coordinación de Luis Herrera Estrella, el proyecto maestro de maíz para experimentar con semillas de Monsanto y Pioner, las cuales se dieron de plazo dos años para mantener sus planes del transgénico en México.

Por ello Semarnat y Sagarpa aceleraron la presentación del anteproyecto. “La industria biotecnológica quiere dejar la puerta abierta a su maíz transgénico antes del proceso electoral y de que concluya este gobierno”, subrayó Greenpeace.

“La autoridad ambiental busca sentar las bases jurídicas para que luego se avance hacia la siembra comercial”, puntualizó Gustavo Ampugnani, experto de la organización ecologista en el tema.

El anteproyecto consta de nueve artículos, en los cuales se establece que previa consulta con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) se establecerán las regiones consideradas como centro de origen y zonas libres de especies modificadas genéticamente; el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) determinará los sitios permitidos para la siembra de dicho grano; el fomento de estas variedades se orientará a “resolver problemas nacionales, dando prioridad a aquellos que sean de interés agronómico, energético, nutricional o ecológico para el país”. El documento reiteradamente se refiere a que estos cultivos serán benéficos para la sociedad y la agricultura.

El anteproyecto considera que la superficie experimental no superará una hectárea y estará delimitada por una barrera de contención de al menos 15 metros de maíz criollo; “la altura de las plantas utilizadas como barrera deberá ser similar o superior a la del maíz modificado”. Asienta que la formación de maíces híbridos se deberá efectuar mediante polinización controlada y en cada uno de los casos utilizarse sólo plantas transgénicas.

El documento omite definir quién se hará responsable ante casos de contaminación o daño a la diversidad de maíz y el acceso público a la información, ya que no se establecen geográficamente las zonas donde se harían las pruebas experimentales.

El plan maestro de maíz definía que los experimentos serían en campos del INIFAP localizados en Sonora, Sinaloa y Tamaulipas.

Fuente: La Jornada

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