Agricultura Protegida

Gestión sostenible de plásticos agrícolas

Por: Isabel Rodríguez
Foto: Cortesía Gilberto Gómez Pliego

La agricultura protegida ha contribuido a enfrentar los retos actuales que México y el mundo encaran para satisfacer la demanda de alimentos; contribuye a mitigar el cambio climático y a la adaptación de la agricultura a condiciones climáticas variables, además de generar oportunidades económicas, productivas y laborales en el campo.

De acuerdo con cifras oficiales, en los últimos tres años se han invertido más de tres mil 800 millones de pesos para apoyar la construcción e instalación de macrotúneles, mallas sombras e invernaderos en más de dos mil 600 hectáreas.

En la producción de alimentos bajo ambientes protegidos, un insumo fundamental es el plástico, pieza clave en la generación de beneficios para los cultivos que contribuye a incrementar sus rendimientos, hacer más eficiente el manejo poscosecha y abre la posibilidad de producir alimentos prácticamente en cualquier tipo de suelo y clima.

Mediante este sistema de producción, los plásticos son utilizados lo mismo en pequeños invernaderos que en estructuras altamente tecnificadas, pasando por túneles, microtúneles, casa sombra, cubiertas de plástico, acolchados plásticos, mallas, pantallas térmicas, mallas de diversos tipos o cortinas rompevientos. Sin embargo, como prácticamente cualquier insumo, los plásticos cumplen con un periodo de vida útil.

Al igual que la agricultura tradicional, la agricultura protegida se encamina ─por motivaciones económicas y medioambientales─ hacia una producción cada vez más sostenible.

Así, mediante la gestión adecuada de los residuos plásticos, se busca que la agricultura protegida no se considere una empresa contaminante y la única manera de lograrlo es a través de centros de acopio de plástico para posteriormente, reciclarlo, aseguró en entrevista para 2000 Agro el doctor Gilberto Gómez Priego, miembro de la empresa Reciclados y Servicios del Noroeste, SA de CV.

Para tal fin, esta compañía trabaja en estrecha colaboración con las dos organizaciones más importantes de México vinculadas a la agricultura protegida: la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida, AC (AMHPAC) y la Asociación Mexicana de Constructores de Invernaderos (AMCI), organizaciones que por sus alcances productivos generan grandes volúmenes de plásticos.

“Es importante destacar que el plástico no es contaminante, no es éste el que contamina, sino el hombre, quien le da un mal uso. Sin embargo, esto puede revertirse reutilizando los plásticos, ya sea en el sector agropecuario nuevamente o en otras industrias”, apuntó.

Mencionó que cada año se desechan alrededor de 180 mil toneladas de plástico agrícola, mientras que se deforestan más de 100 mil hectáreas forestales para elaborar vara tomatera (que sirve como guía para el crecimiento de la planta de tomate).

Por ello, actualmente Reciclados y Servicios del Noroeste trabaja en un proyecto para sustituir la vara tomatera de madera por un poste plástico, hecho con base en plástico reciclado.

“Si reciclamos los plásticos de los invernaderos, por ejemplo, podemos fabricar una vara tomatera plástica y dejar de deforestar. Sin embargo, para lograrlo es necesario unir esfuerzos de todo el sector, ya que el problema del reciclaje de plásticos no es de una sola empresa, sino de cada persona vinculada con la agricultura protegida”, aseguró Gómez Priego.

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