Agricultura Protegida

Inversión familiar en invernaderos

Leovardo Contreras Alvarado*

La producción en invernadero de diversas especies vegetales, principalmente hortalizas y ornamentales, es una actividad que abarca diversas tecnologías de agricultura. En el mundo existen alrededor de 631.9 millones de hectáreas dedicadas al cultivo de hortalizas y flores bajo este sistema, de acuerdo con el Boletín Técnico de Producción de Tomate Rojo bajo Invernadero, elaborado por la empresa Syngenta en 2010. Sin lugar a dudas, ésta es una de las oportunidades de inversión más rentables y de mayor futuro en México.

Las expectativas en torno de los invernaderos como alternativa de negocio en el sector agropecuario han propiciado la implementación de diversos programas de apoyo gubernamentales, especialmente para los pequeños productores, con la intención de que mejoren sus ingresos y nivel de vida.

Las ventajas en producción y utilidades que supone un invernadero, si se comparan los rendimientos y costos de producción entre un cultivo a campo abierto contra un sistema de agricultura protegida, podrían ser de casi el triple.

La obtención de productos más inocuos es otra ventaja destacable de la producción en agricultura protegida, debido a que se tiende a utilizar métodos preventivos más que curativos, lo cual implica el uso de productos de bajo impacto para el medio ambiente, de baja residualidad en los productos cosechados y, evidentemente, menor peligro para el operario y consumidor.

Algunos estudios realizados en Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) estiman que un invernadero de tomate, que garantice el ingreso familiar deseable, debe medir al menos tres mil metros cuadrados. Así, con un costo de la estructura de 289 por metro cuadrado, más una erogación aproximada de 144 pesos por metro cuadrado en producción, se podrían generar cerca de 300 pesos al día, lo que representa el doble del ingreso obtenido por jornal promedio en el medio rural.

Sin embargo, para que esta forma de agricultura sea verdaderamente rentable no basta con apoyos económicos, es indispensable la capacitación y el acompañamiento técnico que garantice resultados productivos satisfactorios.

En esta lógica de pensamiento, una de las mejores estrategias de desarrollo de la actividad consiste en poner a disposición de productores y técnicos la infraestructura, experiencia y conocimientos necesarios, para brindar una capacitación práctica con conocimientos de aplicación en la agricultura protegida.

Así, esta actividad podría convertirse en una alternativa viable, con elevadas posibilidades de éxito y no sólo en una mayor cantidad de estructuras metálicas y plásticos blancos abandonados y maltrechos en el medio de zonas rurales.

* Leovardo Contreras Alvarado es especialista del CDT Villadiego de FIRA. La opinión es responsabilidad del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA. lcontreras@fira.gob.mx

Fuente: Agronegocios en perspectiva

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