Agricultura Protegida

Los plaguicidas, clave para la seguridad alimentaria

Luis Eduardo González Cepeda, presidente de la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos, AC

La agricultura mundial registra pérdidas cercanas a los 300 mil millones de dólares por plagas y enfermedades en las plantas, equivalente a más de 30 refinerías de Dos Bocas

Ciudad de México, 13 de mayo de 2022.— En el marco de la celebración del Día Internacional de la Sanidad Vegetal, promovido por la Organización de las Naciones Unidas y que se celebra el 12 de mayo, la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos, AC (UMFFAAC), organizó el foro “La Seguridad Alimentaria y la Sanidad Vegetal”, con la participación de destacados especialistas, funcionarios y legisladores.

El presidente de la UMFFAAC, Luis Eduardo González Cepeda, resaltó la importancia de los productos fitosanitarios para “seguir garantizando la creciente oferta de alimentos sanos e inocuos, como jamás se ha visto, porque los agroquímicos modernos han sido una de las innovaciones de salud pública más importante en los últimos años.”

González Cepeda ejemplificó el impacto de los agroquímicos con el hecho de que “la mayoría de las mejoras en la producción de cereales han surgido de incrementos de rendimientos, los cuales han aumentado en 175 por ciento en las últimas seis décadas, pero con la superficie cultivada hace 60 años y han sido un factor fundamental para prevenir las plagas y enfermedades de los cultivos en todo el mundo”.

González Cepeda resaltó que la información más reciente de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), reporta que en el ámbito mundial la agricultura tiene pérdidas de 300 mil millones de dólares, “una cantidad que equivale a más de 30 refinerías Dos Bocas que el gobierno está construyendo en Tabasco”.

González Cepeda añadió que la FAO ha estimado que se puede perder hasta el 40 por ciento de los cultivos a escala mundial por las plagas y enfermedades que atacan a las plantas y que, “como todo ser vivo, requiere de un cuidado intensivo y esto solo se consigue con la medicina conocida como productos fitosanitarios, cuya producción está avalada por enormes inversiones e investigaciones científicas para garantizar la sanidad de los alimentos que llegan a las mesas de todo el mundo”.

En el foro, fue destacada la participación de las senadora Beatriz Paredes Rangel, integrante de la Comisión de Agricultura del Senado de la República, y de la senadora Nancy Guadalupe Sánchez, presidenta de la citada Comisión, quienes reafirmaron la necesidad de que la política agrícola del país debe estar basada en la ciencia y reafirmaron la necesidad de mantener una apertura al diálogo entre la industria de protección de cultivos y la academia, investigadores, productores, funcionarios y sociedad, con el fin de lograr los resultados que exige el desafío de la producción de alimentos.

El presidente del Consejo Nacional Agropecuario, Juan Cortina Gallardo, resaltó la calidad de la sanidad vegetal del país, una de las mejores del mundo, dado que México está libre de mil plagas, de las mil 100 reglamentadas a escala internacional.

Cortina también reconoció las experiencias exitosas de cooperación entre los sectores público y privado en materia fitosanitaria, y planteó la necesidad de que la actual administración apoye con más recursos presupuestales al Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), porque de lo contrario, el país pondrá en riesgo la planta productiva ante los posibles brotes de plagas y enfermedades.

En su participación, Francisco Javier Trujillo, titular del Senasica, dijo que es necesario potenciar el uso responsable y manejo de plaguicidas, así como sensibilizar, capacitar y brindar acompañamiento a los productores y aplicadores de estos productos y que la política pública sobre el tema debe hacerse basada en criterios técnico-científicos.

El doctor José Mulet, reconocido investigador de la Universidad Politécnica de Valencia, planteó cómo los prejuicios y los sesgos hacia los agroquímicos se han generado por campañas que han exagerado y sobrerreaccionado a factores de riesgo de cáncer y porque se ha sobreestimado los peligros de “la química”, a favor de “lo natural” cuando elementos como el uso de cloro en el combate al cólera al potabilizar el agua y, con ello, ha sido fundamental para el aumento de la expectativa de vida, y el yodo como un poderoso bactericida.

En este sentido, el doctor Mulet fue contundente al afirmar que “la química salva vidas y la quimofobia, cuesta vidas” y que simplemente no es posible dar de comer a toda la población sin los productos químicos, y puso como ejemplo el caso de Sri Lanka, que, al prohibir los agroquímicos, desplomó en más del 60 por ciento su producción agrícola y generó una hambruna en pleno siglo XXI.

En el foro también participaron Manuel Gerardo Flores, coordinador del Programa de Política Regulatoria de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE); José Carlos Sánchez, economista en jefe del Banco HSBC México; Luis Fueyo McDonald, consultor y extitular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp); Juan José Flores, director general de la Asociación Nacional de Exportadores de Berries (Aneberries), así como investigadores destacados en el ámbito internacional como Kazuo Watanabe, del Centro de Investigación Genética de la Universidad de Tsukuba de Japón; Héctor Di Loreto, de la Universidad Nacional de la Plata de Argentina, y Alberto García, de la Universidad de Aguascalientes.

(Fotografía cortesía de UMFFAAC)

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