La organización Greenpeace llamó al gobierno federal a detener la entrada de semillas contaminadas con transgénicos provenientes de Estados Unidos y Canadá, que representan una amenaza para el campo, la alimentación y el comercio en México.
En entrevista, la coordinadora de la campaña de Agricultura Sustentable y Transgénicos de Greenpeace México, Aleira Lara, pidió también a la ciudadanía revisar las etiquetas de productos que adquieren en supermercados.
La mayoría de los productos importados de Estados Unidos y Canadá contienen transgénicos, por lo que es muy importante leer las etiquetas, en especial de los que contienen derivados de canola, algodón, en su forma de aceite, maíz y arroz, explicó.
En tanto, Percy Schmeiser, productor de canola en Canadá, alertó en conferencia de prensa que en su país ya no existe la canola pura y México es uno de los principales compradores de esta semilla a Canadá.
Por su parte, el director ejecutivo de Greenpeace España, Juan López de Uralde, dijo que en su país cuentan con lamentables experiencias de contaminación por transgénicos.
Agregó que incluso los agricultores españoles han enfrentado fuertes problemáticas debido a la ausencia de mecanismos para fincar responsabilidades a las empresas que contaminan con transgénicos.
La directora ejecutiva de Greenpeace México, Patricia Arendar, exigió a su vez a las autoridades federales la aplicación de medidas efectivas de bioseguridad, vigilancia y monitoreo de la frontera.
Asimismo, que reconozcan que México es centro de origen y diversidad genética del maíz y que actúen en consecuencia, prohibiendo a liberación de maíz transgénico.
Aleira Lara precisó que han detectado en el país la presencia de tres variedades de maíz transgénico NK603, MON810 y MON863, de la transnacional Monsanto.
Afirmó que en México hay autosuficiencia en la producción de maíz blanco, sin embargo hay una carencia del tipo amarillo por la falta de apoyo a los productores, y por ello se importan casi ocho millones de toneladas de esa variedad proveniente de Estados Unidos.
Ante esta situación, Greenpeace exhortó a que se tomen cartas en el asunto y se cumpla la inspección en la frontera norte del ingreso de semillas, para frenar la importación de maíz forrajero proveniente de Estados Unidos y se finquen responsabilidades.
La ambientalista aseveró que aun cuando el cultivo de semillas transgénicas es ilegal en México, ya hay graves casos de contaminación.
Incluso consideró que sería un pésimo precedente que el gobierno mexicano permitiera el ingreso legal de esos productos, porque representa una grave fuente de contaminación para los 289 tipos y casi 200 variedades adaptadas de maíz que hay en México.
