Agroindustria

Alternativas contra barrenadores en tomate

En la lucha contra barrenadores del tomate de cáscara, la combinación del manejo integrado, aplicación de estiércol y acolchado plástico al suelo, brinda buenos resultados y permite alcanzar hasta 40 toneladas por hectárea

El tomate de cáscara tiene gran demanda de mano de obra –88 jornales por hectárea– y se produce durante todo el año en los estados de Sinaloa, Jalisco, Puebla, México, Michoacán y Guanajuato.

Sin embargo, uno de los problemas que afectan a este cultivo son las plagas barrenadoras del tallo del tomate, Melanagromyza tomaterae Steyskal y Trichobaris championi, que en los últimos años han mostrado un alto potencial destructivo en México, disminuyendo su rendimiento y calidad.

Con el afán de proporcionar opciones para el combate de esta plaga, la Universidad Autónoma Chapingo evaluó en 2005 tres tratamientos de manejo integrado de barrenadores –con acolchado de plástico, con estiércol y acolchado de plástico, y sin acolchado de plástico–. Las variables evaluadas fueron el diámetro del tallo, altura a la primera bifurcación, altura total de la planta, diámetro del fruto, peso de 10 frutos, rendimiento total e incidencia de las plagas.

Los resultados obtenidos muestran que el manejo integrado de barrenadores del tallo de tomate de cáscara, en combinación con el acolchado plástico, contribuyen en el incremento del grosor del tallo y la altura de la planta, logrando con ello mayor crecimiento y sanidad de la misma.

La técnica de acolchado aumenta la temperatura del suelo y retiene mayor humedad en el mismo, lo que permite mayor disponibilidad de nutrientes para la planta. Además de esto, si se tiene un buen manejo de plagas en su etapa inicial y después del trasplante, no se permitirá el establecimiento de larvas que afectan el interior del tallo.

Al combinar manejo integrado, aplicación de estiércol y acolchado plástico al suelo, se obtuvieron mejores resultados, y se llegó a 40 toneladas por hectárea, además de generar frutos de mayor tamaño y peso, y presentar menor incidencia de adultos de M. tomaterae.
En todos los casos no se detectó la presencia de larvas ni pupas de las dos plagas analizadas, sin embargo sí existió la presencia de adultos M. tomaterae.

El manejo integrado sin acolchado fue el que presentó mayor incidencia de esta plaga. Por esto, los investigadores concluyen que no hay ningún efecto repelente de las plagas por efecto del acolchado.

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