Para dar valor agregado al fruto, la propuesta de los productores mexicanos es comercializar la pulpa y el líquido como alimento, así como aprovechar el resto en la elaboración de fibras, polvos y otros subproductos demandados por la industria china para la elaboración de colchones o asientos de coches.
Tras años de investigación y con una inversión de 500 mil dólares, los productores desarrollaron una tecnología que permite romper el coco, extraer su líquido y pulpa para envasarlos al alto vacío, comentó Alberto Martínez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Cocotero (Milenio.com, 8/XI/06).
Estamos elaborando agua de coco embotellada, que puede durar hasta 90 días en su presentación natural o preparada con ginebra, lo cual representa un gran avance, refirió Rigoberto Evangelista Barba, secretario del Consejo Estatal de Colima.
Evangelista Barba señaló que se están exportando pruebas de estos productos hacia Estados Unidos y Canadá, porque el mercado está dominado por Tailandia e Indonesia, debido a sus excelentes condiciones climáticas para producirlo, “es una región cálida y lluviosa; mientras en esos países llueve un 90 por ciento, en México hay una precipitación de 40 por ciento”, refirió.
En nuestro país, el coco tiene la ventaja de contar con la cercanía del mercado y aunque no se consume en demasía se está distribuyendo en las grandes tiendas de autoservicio.
Los productores conscientes de la importancia del valor agregado en la competitividad de los grandes mercados cuentan con una planta transformadora en Tecomán, Colima, en la que procesan el coco y no necesitan enviar su cosecha al norte del país para realizar su transformación.
La planta, diseñada con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y que cuenta con tecnología estadounidense, alemana e italiana, se ha convertido en la esperanza de los productores para que el sector renazca y supere la crisis económica que les causó el abaratamiento de los precios por la producción asiática.
El líder de los cocoteros, Alberto Martínez, comentó que los países asiáticos han ocasionado el desplome del precio de la fruta; en el caso de México el coco se vendía a 5.50 pesos el kilo hace tres años, mientras en noviembre pasado se cotizó en 3.80 pesos kilo (Milenio.com, 8/11/06).
Con el valor agregado y garantía de sanidad e inocuidad, los productores esperan marcar una tendencia mundial y así mejorar la situación de las 80 mil familias que viven del coco, de las cuales 50 mil habitan en el estado de Guerrero.
