Agroindustria

China crea un parque de uvas con 1,000 tipos de 40 países

Cada vez más familias de clase media disfrutan del vino en sus comidas

Pekín.─ Hora de la compra en un supermercado con productos occidentales en el centro de Pekín. Las estanterías de vinos ocupan un amplio pasillo con una selección representativa de varios países. Apenas si hay dos marcas producidas en China, pero la selección de caldos de países como Australia, Chile, Francia y España es de lo más amplia.

El consumidor chino empieza a apreciar esta bebida y ya no sólo aparece en reuniones de negocios o es consumida por los más ricos. Cada vez más familias de clase media disfrutan del vino en sus comidas. Y conocedores de esta nueva tendencia de consumo, en Pekín no se quieren quedar atrás. Por ello, recientemente se abrió al público el Parque Internacional de Exposiciones de la Uva, en el barrio de Yanqing, en las afueras de la capital.

La mayoría de estos recintos en China destacan por tratarse de enormes parcelas llamadas a ser las más grandes del mundo en su categoría, y en el caso de esta de la uva, no podía ser menos. En total, se trata de un área de dos millones de metros cuadrados, inaugurada al son de la Undécima Edición de la Conferencia Mundial de la Uva.

Pero lo impresionante de las cifras implica que este recinto cuenta con 786 variedades de uva procedentes de 40 países del mundo y que el reto pasa por llegar a las más de mil variedades en 2015.

Está todo pensando para conseguir el mayor beneficio, y ahí juegan un papel importante los visitantes, que tendrán que pagar casi ocho euros por la entrada y podrán recoger todo tipo de uvas a lo largo del año. Además, los visitantes también pueden observar el proceso de elaboración del vino y disfrutar de catas, a las que no están acostumbrados.

Y mientras Pekín da estos pasos en el mercado del vino, desde el suroeste de Francia un grupo de cooperativas acaba de anunciar que junto a un grupo de científicos estudian desde 2009 los sabores preferidos por los consumidores del mundo, entre ellos los chinos.

“No queríamos hacer el vino que nuestro abuelo habría hecho. Queríamos hacer el vino que nuestro abuelo habría hecho si pudiera”, dijo Jacques Tranier, el director de Vinovalie, líder del proyecto que agrupa a cuatro cooperativas que representan a las denominaciones de vino de Gaillac, Fronton y Cahors.

Para Tranier, la elaboración del vino francés exageró “el retorno a la tradición”, haciendo caso omiso de la innovación, por lo que la industria se vio afectada, en especial el caso de China, donde los consumidores prefieren los vinos afrutados, si bien éstos no han sido producidos para corresponder a la demanda procedente del país asiático.

En la actualidad, China es ya el mayor consumidor de vino tinto. En total, China consumió más de 1.9 millones de botellas de vino tinto en 2013, un alza del 136 por ciento en comparación con 2008.

De todos es ya conocido que el año pasado, la casa de subastas Christie creó la primera agencia inmobiliaria para los ricos chinos interesados en comprar viñedos. Y los turistas chinos son ya los segundos, sólo por detrás de los franceses, que visitan las fincas productoras de vinos con castillos en ellas.

Atrás queda ya el año 2012, cuando muchos productores vieron afectadas sus ventas en China por la campaña anticorrupción impulsada por su presidente, Xi Jinping, para controlar los regalos de lujo llevados a cabo por los miembros del Partido Comunista Chino.

Fuente: dirigentesdigital.com

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