Agroindustria

¿Cómo aprovechar el estiércol en el sector agricola?

En la actualidad hay muchas opciones para el manejo del estiércol. Una de las principales es la elaboración de composta, abono de alto contenido nutritivo, con grandes posibilidades de comercializarse a buen precio.

En general, una finca lechera no tiene un proceso integral de explotación, compra forraje de granjas circunvecinas y luego produce inmensas cantidades de estiércol, que es un excelente abono, pero cuya transportación resulta incosteable.

Hace algunos años se tuvo la idea de evitar la contaminación y de reubicar los establos fuera del Distrito Federal, y para ello se creó el complejo agroindustrial de Tizayuca. En este lugar existen 25,000 cabezas de ganado que consumen grandes cantidades de forraje y producen 1,500 toneladas de estiércol.

En lugares como éstos son muchas las posibilidades para deshacerse del estiércol y se recurre principalmente al secado, composteo y solutizado. Estas técnicas representan un fuerte costo que no pueden eludir los productores.

Si el estiércol es mal manejado, la contaminación ambiental que llega a causar es peor que la causada por los fertilizantes convencionales, ocasionando daños más severos al suelo y mantos freáticos.

Los fertilizantes convencionales también pueden acarrear problemas de contaminación en el agua, suelo y mantos freáticos, sin son mal empleados.

Una de las mejores y más novedosas soluciones, es la reutilización de este material del cual se obtiene un extracto líquido de estiércol llamado comúnmente biofertilizante. En años recientes, el uso de esta sustancia ha tenido éxito por lo menos a escala experimental y en algunos cultivos básicos en forma experimental.

El biofertilizante es un producto que contiene organismos vivos con el propósito de ayudar en la nutrición de las plantas cultivadas.

Según datos disponibles, dependiendo del nutriente, los animales asimilan lo que comen a menos del 50 por ciento, el resto lo eliminan como estiércol.

La capacidad de utilizar el estiércol como biofertilizante, consiste en extraer de inmediato los nutrientes hidrosolubles en suspensión y llevarlos a un cultivo para su aprovechamiento. Las plantas los convierten nuevamente en forraje y así se evita, por un lado, la contaminación, y por otro, la generación de un producto útil.

En entrevista con 2000Agro, el doctor emérito del Colegio de Posgraduados, Roberto Núñez, explica que en este centro de estudios se está trabajando en biofertilizantes a partir de estiércol de bovino y con extracto líquido de estiércol vacuno.

El doctor afirma que dentro de un proceso de reciclaje, se utilizan los nutrientes de estos materiales en hortalizas y cultivos, para producir cosechas de forraje, o bien, para la alimentación humana.

«Probablemente es el material de mayor impacto en la actualidad, el efecto favorable de la inoculación se emplea desde hace tiempo en cultivos de leguminosas como alfalfa, soya, cacahuate, chícharo, etcétera. El hecho de utilizarlo ahora en gramíneas, como maíz y caña de azúcar, ofrece un nuevo campo de acción», comenta Núñez.

El asospirilum

El asospirilum es una bacteria capaz de transformar el nitrógeno de la atmósfera en una forma asimilable que la planta puede tomar y transformar en proteína, elevando su rendimiento y mejorando su calidad.

Según datos del Centro Nacional de Fijación de Nitrógeno, ubicado en Cuernavaca, Morelos, el uso de inoculantes con asospirilum en los cultivos, muestra resultados realmente sorprendentes, donde se han obtenido incrementos de rendimiento de maíz desde cantidades pequeñas hasta 50 y 80 por ciento.

Los resultados más importantes se han obtenido en aquellos cultivos de baja fertilización en suelos pobres en nitrógeno y donde los rendimientos son inferiores a 2 o 3 toneladas por hectárea, en cambio, en maíz bien cultivado y fertilizado, los incrementos han sido mínimos.

Esta práctica de inoculación con asospirilum es especialmente recomendable para agricultores de bajos recursos, que tradicionalmente siembran maíz con muchas limitaciones en cuanto a la adquisición de fertilizantes y donde sus rendimientos llegan a una o 2 toneladas por hectárea.

La ventaja de este biofertilizante puede tener un impacto social muy importante, especialmente para agricultores de bajos recursos y en la agricultura de autoconsumo.

Cabe aclarar la posibilidad de que este biofertilizante no sea un incentivo para agricultores que siembran maíz con propósitos de altos rendimientos y que tienen los recursos para obtener buenas cosechas.

Para obtener buenos resultados, se recomienda la aplicación en menos de 80 a 100 kilogramos de nitrógeno por hectárea. Si existen condiciones para aplicar arriba de esta cantidad, el efecto del asospirilum no es tan importante, dado que existe una cierta supresión de la acción de asospirilum con altas dosis de nitrógeno en el suelo.

Otros biofertilizantes

En el caso del frijol, pese a los buenos resultados en laboratorio, no se han logrado efectos notables con el uso del biofertilizante a base de Risodium faceolli, que produce una serie de factores antagónicos, como la presencia de cepas agresivas y poco efectivas que dominan a la cepa  introducida.

Existen otros tipos de biofertilizantes, las micorrizas son hongos del género Honglomus que también han dado buenos resultados. Ayudan a las plantas a tomar con mayor habilidad los nutrientes del suelo, especialmente aquellos de baja movilidad como el fósforo y el cinc.

La inoculación con micorrizas incrementa el rendimiento de frutales y hortalizas, especialmente en aquellas plantas que tienen una raíz poco desarrollada o carente de pelos clavicales.

Las bondades de los biofertilizantes

El uso de biofertilizantes a partir de estiércol, otorga un reciclamiento de excelentes cosechas en suelos poco nitrogenados. Actualmente se busca la forma de acondicionar el extracto líquido de estiércol con aditivos orgánicos.

Concretamente, los biofertilizantes se pueden adicionar con acidulantes, ácido fosfórico, ácido nítrico y nitrato de calcio que balancean el contenido de nutrientes de la planta y estabilizan su pH.

Los biofertilizantes son un nuevo campo de investigación que se estudian desde el punto de vista ecológico, y hoy en día se busca la forma de aprovecharlos en la agricultura de autoconsumo y comercial.

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