Agroindustria

Cómo obtener abonos orgánicos de alta calidad

La lombricultura y el compostaje son ejemplos de prácticas agrícolas basadas en la descomposición de materia orgánica, que permiten obtener nutrientes para combatir la erosión de suelos y satisfacer la demanda de fertilizantes inocuos, utilizados en la agricultura ecológica.

Los abonos orgánicos tradicionales, elaborados a base de estiércol de diversos animales, residuos vegetales o incluso la mezcla de ambos, funcionan como fertilizantes pero también lo hacen a manera de sustratos, según el porcentaje de nitrógeno, fósforo y potasio que contengan.

A partir de que la agricultura orgánica es sujeta de certificación por parte de organismos internacionales, se establecieron normas básicas para su práctica, y cada uno de los países dedicados a esta actividad elaboró las propias. Para los estiércoles, la normatividad europea indica que la suma de nitrógeno, fósforo y potasio debe ser de 6 por ciento para que puedan calificar como abono, si el porcentaje es menor el producto obtenido es considerado como un sustrato, señala Gerardo Noriega Altamirano.

El especialista en abonos orgánicos de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) destaca que hasta 2006 la carencia de una ley en México permitía que estos sustratos fueran vendidos como abonos orgánicos, los cuales al ser aplicados daban resultados contraproducentes, explica el investigador. Para que los estiércoles sean un abono inocuo deben pasar por un proceso de descomposición o compostaje; si se aplican frescos pueden presentar problemas de patógenos y malezas.

Elaboración de composta

El proceso consiste en formar una capa de estiércol animal de cualquier tipo, sea bovino, cerdo o conejo, la cual debe humedecerse, posteriormente se agrega otra capa y se vuelve a humedecer y así sucesivamente hasta obtener la cantidad requerida.

Luego de 15 días, la mezcla en esta condición alcanza una temperatura de 55 grados centígrados que ocasiona la muerte de cualquier patógeno. Cuando esto ocurre se procede a realizar de cuatro a cinco volteos en un periodo de dos meses para que la materia se oxigene.

Después de permanecer dos meses y medio en ambiente húmedo y con una serie de volteos, el material alcanza su grado de humificación y se encuentra listo para ser aplicado.

En sistemas intensivos, donde se obtienen 30 kilos de hortalizas por metro cuadrado, se aplican de 10 a 12 kilos de material, en sistemas no intensivos se recomiendan de tres a cuatro kilos. Pero el método para determinar la cantidad de abonadura es mediante el análisis de suelo, comenta el especialista de la UACh.

Producir este tipo de abono cuesta aproximadamente 250 pesos por tonelada (ton) y su precio a la venta es en promedio de 800 pesos por ton, por lo que se vislumbra como un negocio de alta rentabilidad.

En el mercado los abonos compiten con las sustancias húmicas de importación, las cuales son obtenidas de fuentes como leonardita. Sin embargo, el experto señala que la magia de un abono radica en los coloides, idóneos en suelos erosionados ya que permiten la retención de nutrientes como el calcio, magnesio o el potasio, para que las plantas los absorban.

La tarea de las lombrices

Al pensar en los abonos orgánicos para fertilizar los cultivos se debe tomar en cuenta que los materiales reúnan la riqueza nutrimental que la planta necesita. Por ello existen técnicas que permiten mejorar la calidad de estos abonos, tal es el caso de la lombricultura.

Producir lombrices de tierra de manera intensiva en condiciones de cautiverio (lombricultura), permite la creación de abonos orgánicos o vermiabonos con altos niveles de humificación y mineralización que ayudan a las plantas en la rápida absorción de nutrientes, evitando su pérdida por filtración al suelo.

La lombriz de tierra, al pasar por su tracto digestivo la materia orgánica en descomposición, realiza una tercera transformación y presenta un material de mayor valor nutritivo.

La lombriz roja californiana es la más codiciada para esta actividad porque vive 16 años en promedio, no distingue clases sociales, es decir, todas trabajan, se reproducen rápidamente y presenta en su estructura una molleja en la que sucede la magia de la transformación de la materia orgánica, señala Gerardo Noriega.

Un productor que tenga en su criadero una tonelada de lombriz, obtendrá 365 toneladas de vermicomposta al año.

La lombriz se reproduce y mantienen en criaderos construidos con camas de cemento de 1.20 metros de ancho por ocho o 10 metros de largo, con una altura de dos o tres tabiques únicamente para sostener el material y con una pendiente de 1 por ciento, que permita la salida y recolección de los líquidos húmicos; para lo cual se realiza un depósito.

Elaborar una cama de estas características cuesta aproximadamente mil pesos y el kilo de lombriz alrededor de 500 pesos, aunque hay quienes las venden en dos mil pesos, comenta el investigador.

Una vez establecidas las camas, se aplica una capa de composta y en su centro se depositan las lombrices, posteriormente se les aplica capas de 10 centímetros de materia orgánica para que se alimenten. Cuando han consumido todo su alimento, las lombrices ascienden a la superficie como indicativo de que hay que aplicar más alimento, esto se realiza de manera sucesiva hasta alcanzar una altura de 1.20 metros.

El alimento de la lombriz debe pasar por un proceso de compostaje de 15 a 20 días, para que la materia orgánica, una vez fermentada, libere todos los gases dañinos y pueda ser consumida.

Como las lombrices son sensibles a la luz, el experto recomienda cubrirlas con una cama de paja, la cual debe retirarse junto con los primeros 15 centímetros de material donde habita la lombriz, y así poder retirar la excreta que sirve como abono para fertilizar los cultivos. La cosecha del material debe realizarse hasta después de tres meses, cuando la lombriz ya se ha desarrollado por completo. Con los primeros líquidos húmicos obtenidos de la descomposición se puede regar la materia y así tener un material más rico en nutrientes.

Por cada tonelada de composta se generan 50 litros de humus, los cuales pueden ser aplicados de manera foliar a las plantas, mientras que las excretas van directo a la tierra.

Gran reproducción

• Un kilo de lombriz consume un kilo de materia orgánica al día.
• La lombriz roja californiana tiene tal capacidad de reproducción, que una tonelada de este anélido puede aumentar su población a 40 toneladas en un año.
• Un criadero puede contener de 20 a 25 kilos de lombriz por metro cuadrado.

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