Agroindustria

Cultivo de la papaya, bondadosa actividad productiva

Las bondades del cultivo de papaya son múltiples, pues con la tecnificación adecuada alcanza altos niveles de productividad y rentabilidad, lo cual aunado a una creciente demanda en el mercado nacional y de exportación, constituye uno de los subsectores frutícolas de mayor importancia en las zonas costeras de México, que se ha colocado entre los principales productores del fruto en el orbe.

Los estados de la República Mexicana que más destacan por su producción de papaya, según su orden de importancia, son Veracruz, Michoacán y Oaxaca. De acuerdo con cifras proporcionadas por el Centro de Estadística Agropecuaria de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (Sagar), en el año agrícola correspondiente a 1999 se sembraron en Veracruz seis mil 200 hectáreas (ha) del fruto; mientras que Michoacán destinó mil 880 ha y Oaxaca tan sólo 405.

En Veracruz, el cultivo del papayo se lleva ha cabo en 49 municipios de la entidad, en lo cuales se cultiva de forma preferente la variedad criolla Cera, que por su gran variación de formas y tipos, no la hace apta para el mercado de exportación.

Sin embargo, en la región ya se cuenta con superficies importantes de variedades mejoradas de aceptación internacional, como la Maradol y Solo, que cumplen con las características necesarias para exportación; el primer tipo tiene un peso que fluctúa entre 1.30 a 2.70 kilogramos, con excelente consistencia de pulpa lo que deriva en una mayor vida de anaquel, en comparación con la variedad Cera. El Cv Solo, cuyo fruto varía de 400 a 600 gramos y con 14 a 16 por ciento de sólidos solubles, es el de mayor demanda en Estados Unidos.

En Veracruz, cultiva de la papaya temporal, con tecnología tradicional, obteniendo un rendimiento promedio que varía de 15 a 20 toneladas por hectárea. El cultivo es afectado principalmente por plagas y enfermedades características del trópico húmedo, que afectan fundamentalmente el rendimiento y el aspecto del fruto.

El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) generó una tecnología eficaz, que al aplicarse correctamente logra elevar el rendimiento por hectárea hasta en 90 por ciento, con calidad óptima para el cualquier tipo de mercado.

Valiosa tecnología

Para el proceso de preparación y fumigación del suelo con fines de germinación de las semillas (vivero), el INIFAP sugiere en primer término mezclar cuatro partes de tierra, dos de estiércol bien podrido y una de arena. Esta mezcla debe fumigarse para destruir hongos. Semillas de malas hierbas y huevos o larvas de insectos.

A continuación se prepara una cama de un metro de ancho y de 20 a 25 centímetros de espesor, el largo depende de la cantidad de plantas que se vayan a necesitar. Antes de fumigar, es recomendable regar durante tres días para que germinen las semillas de las malas hierbas. La cama se debe fumigar con bromuro de metilo o metam sodio (Vapam).

El método de siembra en bolsas de plástico es el más práctico para el manejo de la planta al realizar el trasplante en campo. El tamaño apropiado de las bolsas es de 18 centímetros de largo por 12 de ancho, las que se llenan con la mezcla del suelo desinfectado. Antes de llenarlas se deben perforar para facilitar la salida de agua.

En el caso de que se utilice semilla de papaya del tipo Cera se deben sembrar de seis a ocho semillas en cada bolsa. Si la variedad es Maradol o del grupo Solo se sugiere colocar únicamente dos a tres semillas a una profundidad de uno a dos centímetros y se cubren con tierra. Otra opción es el vaso de unicel con capacidad de 250 a 300 centímetros cúbicos.

Otro factor importante a considerar es la preparación del terreno, se tiene que barbechar a una profundidad de 20 a 25 centímetros, seguido de dos pasos de rastra para desbaratar los terrones, procurando dar el segundo paso en forma perpendicular al primero.

Las variedades que se cultivan son criollas entre las que destacan el tipo Cera, Coco y Mamey. Sin embargo, en los últimos años ha adquirido importancia el cultivo de Maradol así como algunas variedades del grupo Solo de origen hawaiano y taiwanés, tales como Tainung 11 y Red Lady.

En caso de que la papaya se cultive en condiciones de temporal, como sucede en Veracruz, se sugiere construir viveros para producir plantas durante el mes de marzo o primera quincena de abril, para trasplantar después de 45 o 60 días, cuando las plantas alcancen una altura de 10 a 15 centímetros. En condiciones de riego, la siembra se puede establecer en cualquier época del año, preferentemente en el mes de julio.

La distancia entre hileras debe ser de tres metros y entre plantas a 1.5 metros, esta distancia entre los surcos facilita el uso de maquinaria para la realización de algunas prácticas agrícolas. Tal densidad permite establecer dos mil 200 plantas por hectárea.

La práctica conocida como arrale o desmache consiste en seleccionar las plantas que van a producir frutas y eliminar las que causan competencia. Se realiza aproximadamente a los 85 días después del trasplante, es decir, al inicio de la floración, que es cuando se aprecia, con base en el tipo de flor, la diferencia entre las plantas:

Femeninas: Plantas con flores grandes, que al abrir sus cinco pétalos, lo hacen hasta la base, el ovario que se convertirá en fruto es muy grande y visible, son plantas muy estables para la producción de frutos por lo que son las mayormente deseables en la plantación del tipo Cera. El fruto es de forma esférica u ovoide.

Hermafroditas: De este tipo de plantas existen cuatro formas sexuales: Pentandria, intermedia, estéril de verano y elongata, esta última la más deseable para la producción de fruta, son en las que el fruto es alargado (Mamey y Maradol).

Masculinas o machos: Se diferencian de las anteriores por sus largas inflorescencias que cuelgan y no producen frutos. Se utilizan sólo como polinizadores en plantaciones de tipo Cera para que haya una buena producción de frutos. Es aconsejable dejar una planta macho bien distribuida en el terreno, por cada 20 o 25 plantas femeninas.

El método para eliminar de forma manual los brotes laterales o “chupones” que se desarrollan sobre el tallo para dejar sólo el eje central para producción de frutos se denomina deschupone.

Otro punto de suma importancia es el de la fertilización: para las siembras de temporal se recomienda fertilizar con 115 kilos de nitrógeno, 65 de fósforo y 100 de potasio por hectárea. Cantidad que se distribuye en dos partes:

Primera fertilización: Se aplica la mitad de cada uno de los productos a los 15 o 20 días después del trasplante, cuando las raíces de las plantas hayan iniciado su crecimiento activo.

Segunda fertilización: Aplicar la otra mitad de los fertilizantes, después del desmache, aproximadamente de 90 a 110 días después del trasplante. Se debe colocar el fertilizante alrededor de la planta con una separación de 30 centímetros retirado del tronco, esparciéndolo en banda y después se tapa.

En siembras de riego, es necesario aplicar 160 kilos de nitrógeno por hectárea, más 100 de fósforo y 160 de potasio, durante el ciclo de cultivo, dividido en tres aplicaciones:

La primera fertilización se realiza entre los 15 y 20 días del trasplante; la segunda, cuando se efectúe el desmache, y la tercera  a los 220 días posteriores al trasplante.

La fertilización foliar debe realizarse tanto en siembras de temporal como de riego, con fertilizantes que contengan micronutrientes como magnesio, fierro, zinc y cobre, conforme a las indicaciones descritas en el envase.

La maleza es uno de los problemas que más afecta al cultivo del papayo, sobre todo en los dos primeros meses de establecido, ya que compite por la luz, agua y nutrimentos, además de que puede servir de hospedaje para insectos que afectan al cultivo.

En cuanto al uso de herbicidas, se debe utilizar Gramoxone o Faena, productos que deben manejarse con sumo cuidado con dosis de un litro por hectárea, ya que el primero puede ocasionar quemaduras, y el segundo, deformaciones al follaje si hay contacto directo.

Control de plagas

Diversas son las plagas que pueden afectar el papayo, entre las más riesgosas es posible mencionar a la araña roja, que se controla con Malatión, en dosis de 200 a 300 mililitros diluidos en 100 litros de agua. Este agroquímico en diversas dosis es efectivo también para otras plagas como el piojo harinoso que se trata con aspersiones en dosis de 200 mililitros, disueltos en 100 litros de agua; mientras que en el caso de la chicharrita verde se sugiere aplicar a razón de 150 mililitros por 100 litros de agua; al periquito de la papaya le corresponde una dosis de 100 mililitros, diluidos también en 100 litros de agua.

El mayate prieto se controla con cebos envenenados –pedazos de tallo con Lanate en dosis de cuatro mililitros por litro de agua– y eliminar plantas afectadas.

También es necesario prevenir y controlar cualquier brote de enfermedad en las plantas: para la antracnosis hay varias opciones, como la aplicación de Benlate, en dosis de 100 gramos; Manzate, 600 a 800 gramos por hectárea. Cualquiera de estos productos deberá disolverse en 100 litros de agua.

La pudrición radicular, que se presenta como una pudrición acuosa a nivel de la base del tallo al ras del suelo, es posible de prevenir   en almácigo al desinfectar el suelo y sólo establecer la plantación definitiva en terrenos sin problemas de encharcamientos. Se recomienda aplicar Captán, en dosis de 250 gramos junto con 200 gramos de Alliete; ambos productos se mezclan y se disuelven en 100 litros de agua.

En las plantas que presentan signos de la enfermedad conocida como virus de la mancha anular del papayo, se observan manchas amarillas y deformación de las hojas. En los peciolos y tallos se notan manchas aceitosas que se alargan conforme aumenta la intensidad de la enfermedad; en el fruto las manchas aparecen en forma de anillos. El control de este mal se dificulta ya que en su propagación intervienen los insectos, la maleza y las plantas virosas de la papaya. No obstante, es posible reducir o retrasar la incidencia si se conjuntan las siguientes prácticas:

Alejar las siembras por lo menos 600 metros de otras plantas ya enfermas; antes de trasplantar, sembrar una franja de ocho a diez surcos de maíz alrededor del lote de papayo; aumentar el número de plantas por hectárea, se deben plantar a tres metros entre hileras y a 1.5 metros entre plantas dentro de la hilera (dos mil 200 plantas por hectárea), con el fin de ir eliminando las que se vayan infectando.

Esta eliminación debe realizarse semanalmente durante los primeros días después del trasplante. Es importante mantener el cultivo libre de maleza y evitar siembra de calabaza, melón, sandía o pepino, ya sea dentro de la plantación o cerca de ésta. Es conveniente eliminar la plantación cuando termine su ciclo productivo y hacer rotaciones de cultivos en el mismo terreno.

Inicio de la cosecha

El momento oportuno para iniciar la cosecha es cuando los frutos presentan vetas amarillas en las puntas, con el objetivo de que puedan soportar el traslado a los centros de consumo. Para recolectar el fruto se utilizan canastos cubiertos con papel o costales de ixtle en su interior, para evitar las raspaduras en la fruta.

Comentarios

comentarios

Siguenos!

Países que nos están viendo


Suscribete al Boletin