Agroindustria

Empresas que incumplen recomendaciones para harinas fortificadas

Compañías como Maseca, Maizza, Walmart, Soriana y Chedraui, entre otras, desestiman las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud sobre el tipo de hierro

Una investigación conjunta de Changing Markets y Proyecto Alimente sobre la fortificación de hierro de las marcas más populares de harina de maíz y de trigo disponibles en México analizó la información presentada en las etiquetas de los paquetes de harina relacionada a la fuente de hierro utilizada. Los resultados muestran que ocho de las principales marcas de harina de maíz, incluyendo Maseca, Hari Masa, San Blas, Maizza y marcas propias de Walmart, Soriana y Chedraui, no utilizan el tipo de hierro recomendado por la ley mexicana y por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para fortalecer sus productos.

Por otro lado, a pesar de que la mayoría de las empresas mexicanas de harina de trigo sí utilizan el tipo de hierro recomendado en sus productos refinados, no lo hacen en las variedades integrales. Además, las marcas de harina de trigo importadas, como Pillsbury de General Mills, no cumplen con la legislación mexicana de etiquetar sus productos y, por lo tanto, se desconoce si estas harinas de importación están fortificadas o no.

Las omisiones y el incumplimiento de la industria de la harina se convierten en un problema de salud pública al considerar que el consumo de este producto representa una gran proporción de la dieta básica de la mayoría de la población mexicana: el maíz representa el 72 por ciento del consumo de los granos en México.

Los molinos de harina y la industria alimentaria juegan un papel importante en el combate al grave problema de la deficiencia de hierro, especialmente en sectores vulnerables, como mujeres embarazadas y niños. Las compañías eligen ignorar las recomendaciones en la legislación y las directrices de la OMS, cuando la fortificación eficaz de las harinas podría tener un impacto significativo en la lucha contra la deficiencia de hierro y en la mejora de la salud de la población.

Con base en datos de la Encuesta Nacional de Salud 2012, se encontró que el 62 por ciento de adolescentes y el 89 por ciento adultos en México ingieren hierro de manera inadecuada y en su dieta diaria, entre el 46 y el 52 por ciento de los niños mexicanos no consumen suficiente de este mineral. También se evidenció que el 90 por ciento de las mujeres no presentan una ingesta adecuada para llevar una vida sana.

Casi una cuarta parte de los niños menores de cinco años y una quinta parte de las mujeres embarazadas en México sufren de anemia, cuya causa, en la mitad de todos esos casos, se calcula que es la deficiencia de hierro.

Si bien la deficiencia de micronutrientes debe abordarse mediante el acceso garantizado de la población a dietas diversas y nutritivas, una solución complementaria a este problema de salud pública es la adición de micronutrientes a los alimentos para corregir o prevenir deficiencias en la dieta de la población, lo cual ha demostrado ser una estrategia costo-efectiva que se practica en muchos países, incluso en México.

Estas organizaciones hicieron un llamado al nuevo gobierno mexicano para que se asegure de que la ley sea clara e inequívoca acerca de la fortificación de las harinas, y haga cumplir dicha ley.

Mientras tanto, a los productores de alimentos procesados y a las marcas propias de los supermercados se les pide que demanden harina fortificada a sus proveedores y estandaricen su adquisición como una política general, manteniendo la documentación sobre la adquisición de harinas fortificadas para la inspección de los funcionarios del gobierno.

Información e imágenes: LibreExpresión

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