Agroindustria

Entre la sostenibilidad, la seguridad alimentaria y el bienestar

BKT trata el tema de la agricultura ecológica en el séptimo episodio de Global Trends. Es una antigua práctica que vuelve a estar de actualidad, ya que los consumidores son cada vez más conscientes del medio ambiente, además de la salud y el bienestar. Sin embargo, en vista de la necesidad global, ¿se puede considerar realmente la agricultura del futuro?

Seregno, Italia, 1 de junio de 2022.— En los últimos años, el sistema agrícola mundial ha tenido que afrontar una serie de retos importantes que van desde la emergencia climática hasta la seguridad alimentaria. Ante este panorama, surge con creciente intensidad la concienciación sobre el impacto de la humanidad en el cambio climático, los ecosistemas y también en los alimentos. La mayoría de los países ha empezado a considerar la agricultura ecológica como una alternativa potencial para mitigar los efectos adversos.

Aunque indudablemente no es una práctica reciente, hubo una tendencia creciente en la agricultura ecológica durante la pandemia tanto por el lado de la oferta como de la demanda, debido principalmente a las interrupciones de las cadenas de suministro. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), 187 países practican algún tipo de producción ecológica y hay un total de aproximadamente 72 millones de hectáreas bajo gestión biológica oficial y acreditada, lo que representa solo el 1.5 por ciento de toda la tierra cultivable del planeta. Con todo, el interés en este tipo de producción ha seguido creciendo, impulsado por una gran atención a la transparencia de la cadena de suministro, así como el origen de los alimentos (cada vez más local) y, por supuesto, también el cambio de las prioridades del consumidor hacia una dieta sana.

No obstante, ¿es la agricultura ecológica realmente más sostenible? ¿El mismo tipo de alimento biológico es más sano si se compara con un producto obtenido por medio de la agricultura convencional? ¿Y qué papel juega la seguridad alimentaria en un contexto más y más desglobalizado con una tendencia hacia la producción local? Estos son los temas que trataron los invitados y expertos protagonistas del séptimo episodio de la serie Global Trends, el nuevo formato de BKT Network dedicado abordar las macrotendencias que caracterizan el sector agrícola internacional.

“No hay datos suficientes disponibles para demostrar que las diferencias entre los productos ecológicos y los obtenidos a través de la agricultura convencional son importantes para la salud humana. La diferencia fundamental para cada persona es la variedad de alimentos que forman parte de su dieta. El nivel de vitaminas o minerales de las cosechas puede variar realmente, pero la diferencia reside más en el tipo de cultivo que en la práctica agronómica”, explica Barbara Bray, presidenta honoraria de asuntos internacionales en The Nutrition Society y copresidenta de la Oxford Farming Conference en 2022. “El sistema de etiquetado también cumple su parte. Los consumidores cada vez están más confundidos por el ‘rumor’ de que las etiquetas comerciales destacan unos aspectos y no otros. El énfasis se pone, por ejemplo, en el origen ético de los alimentos. Sin embargo, esto no necesariamente implica que sea biológico.”

La agricultura ecológica sin duda ha despertado la conciencia de que la producción de alimentos debe experimentar cambios sustanciales en cuanto a su impacto medioambiental. “Los agricultores y consumidores son cada vez más conscientes del impacto de la gestión del suelo en la salud de nuestro planeta y, por tanto, en la salud individual de las personas. Quizás haya desacuerdos en torno a la alternativa eficaz, pero de lo que no cabe duda es que la agricultura ecológica, así como la agricultura regenerativa, ha puesto de relieve el problema. Y todos nos hemos dado cuenta de que hace falta un cambio”, afirma Jeff Moyer, director general de Rodale Institute. “En concreto, la pandemia ha acrecentado la necesidad de disponer de alimentos de producción local y más sanos. Esto es incluso más aplicable en el caso de las nuevas generaciones, que se preguntan más y más cómo se producen los alimentos que consumimos y cómo afecta esto a nuestra salud.”

El suelo es un elemento clave para este impulso hacia lo ecológico, ya que básicamente no es una fuente renovable. La velocidad de degradación puede ser rápida, mientras que los procesos de formación y regeneración son muy lentos. “Debemos cambiar el rumbo”, señala Roger Kerr, consejero delegado de Organic Farmers & Growers y administrador del Organic Research Centre. “Nuestro sistema alimentario se basa en recursos limitados. Hemos alcanzado el límite en lo referente al uso de sustancias químicas. Hay una necesidad real de cambiar la forma de producir nuestros alimentos y lo ecológico es una de las opciones, si no la única. En cambio, es realmente alentador el hecho de que en la agricultura ecológica podamos encontrar una inclinación natural hacia la innovación, una actitud progresiva ante la forma de superar los retos debido a los estrictos reglamentos y encontrar soluciones alternativas. Por este motivo, también ha aumentado el diálogo entre los agricultores, que intercambian y comparan ideas.”

Sin duda, la agricultura ecológica nos ha llevado a ser más conscientes de lo que producimos y consumimos. Esta es la opinión al respecto de Cristina Micheloni, de la Asociación Italiana de Agricultura Ecológica: “En Italia, la agricultura ecológica está muy avanzada (equivale al 16.6 por ciento de la agricultura nacional), pero una gran cantidad está pensada para la exportación. El consumo de alimentos biológicos debe mejorar significativamente. No solo en este país. Para alcanzar objetivos importantes en un nivel global, debemos cambiar absolutamente nuestros hábitos alimenticios: reducir el consumo de alimentos de origen animal y reducir los desperdicios. Actualmente, desperdiciamos una tercera parte de lo que producimos. Y también debemos ‘impulsar’ lo ecológico con más fuerza hacia la cadena alimentaria. Es la única manera de alcanzar ese punto en que usemos la producción orgánica a escala global, alimentando a diez mil millones de personas, sin necesidad de aumentar las zonas de cultivo.”

Esta mayor conciencia deja ver la profunda relación entre la producción y el consumo de alimentos. Las opciones de compra influyen en el sistema de producción y, por tanto, en el medio ambiente. Según los expertos, la demanda de alimentos ecológicos todavía irá en aumento y será importante establecer un diálogo con los agricultores convencionales. La demanda global de alimentos hará necesaria una clase de agricultura híbrida que unifique la producción ecológica con las técnicas y prácticas de otros métodos.

(Fotografías cortesía de Balkrishna Industries Ltd. (BKT)

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