Cruz López Aguilar, dirigente de la CNC, sostuvo que desde la “clandestinidad y desde el gobierno federal hay quienes conspiran para la privatización de energéticos, tierras y aguas. Son enclaves reaccionarios que, movidos por el rencor y el desprecio hacia las clases populares, se oponen a la participación de éstas en la generación de energía”.
Es muy claro que el gobierno “no tiene un plan B para permitir la participación de los campesinos en la producción de bioenergéticos y tampoco piensa socializar la inversión nacional para la exploración y extracción de combustibles fósiles o provenientes de fuentes renovables; para éste, la salida es entregarlos a las grandes compañías transnacionales, como antaño, lo cual confirma que nos gobierna un modelo económico depredador e injusto», acusó durante una reunión con integrantes de la organización.
A su vez, el presidente de la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera (CNIAA), Juan Cortina Gallardo, declaró que los empresarios están dispuestos a invertir para empezar la cogeneración de energía eléctrica e iniciar la producción de biocombustibles. “En la década pasada los industriales invirtieron cuantiosas cantidades en la modernización de los ingenios azucareros para hacerlos más productivos y competitivos.”
La cogeneración de energía y producción de agrocombustibles requiere una inversión de al menos 500 millones de dólares, y habría que desarrollar los esquemas para ello. “Ésta es una oportunidad para el crecimiento de los municipios y de 15 estados azucareros, lo cual involucra a empresas, productores y autoridades federales y estatales”, abundó.
Cortina Gallardo destacó que la cogeneración de energía eléctrica que proponen los integrantes de la CNIAA no debe postergarse. Lo que se requiere, agregó, es un cambio estructural, que incluya adecuaciones a la normatividad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), para poder participar en condiciones rentables, lo cual beneficiaría principalmente a las zonas rurales, pues es allí donde se localizan los ingenios.
Explicó que dichas agroindustrias generan la energía eléctrica que consumen, pero tienen capacidad para incrementar la oferta y pueden trabajar de manera conjunta con la CFE. “Ya hemos sostenido reuniones con directivos de la paraestatal y con legisladores; esperamos seguir avanzando en ese asunto, porque es un tema sencillo, sin complicaciones. Si hay voluntad política en el ámbito gubernamental, se avanzará.”
El presidente de la CNIAA confía en que la caña de azúcar será reconocida como “producto sensible” dentro del Plan Nacional de Desarrollo, y que los recursos federales para ese subsector productivo se incrementarán sustancialmente. “Es una agroindustria con alto potencial de generación de empleo, beneficio social y económico; los financiamientos fiscales se justifican ampliamente”, comentó.
Fuente: La Jornada
