La comercialización de la flor es uno de los problemas que enfrentan los productores cada año, debido a una sobresaturación del mercado y por la ausencia de planes para el cultivo ordenado de este producto.
Esto se reflejó en mayo pasado cuando la caída en ventas fue de entre 60 y 65 por ciento, con lo cual el precio de las flores se ubicó a menos de la mitad de su valor real. Un paquete de rosas de invernadero normalmente se cotiza en 50 pesos y se vendió entre 15 y 20 pesos; una flor asiática vale 60 o 70 pesos y se ubicó en 30 o 40 pesos, y las jerberas tuvieron precios muy bajos, indica Alberto García Millán, presidente de la Asociación de Floricultores de Villa Guerrero (AFVG), que agrupa a 675 socios.
En la época primavera-verano las plantas sobreproducen y el mercado no está preparado para deshogar al 100 por ciento el volumen obtenido, por lo que los precios vienen a la baja, al grado de que no sacamos los costos de producción, asevera García Millán.
Recalca: estamos pasando por una crisis de precios en cuanto a la comercialización de la flor, pero esto es algo que se da cada año.
Incluso, los meses en los que tradicionalmente se recupera el precio ya no son como antes, y a eso hemos contribuido nosotros, reconoce. Hay cuatro periodos importantes de venta de flor durante el año: el 14 de febrero, cuando empezamos a recuperar un poco la inversión; 10 de mayo, cuando se vende mucha flor a bajo precio; día de muertos, en que hay buenas ventas. De noviembre en adelante se empieza a recuperar el precio porque hay una disminución considerable de producto, por la entrada del invierno. La flor produce menos, pero el valor se multiplica, recalca el presidente de la AFVG.
Entre 85 y 90 por ciento de la producción de flores se consume en México, somos un país muy consumidor, y todavía nos falta gente que pueda comprar las flores. Una posibilidad es abrir centros de comercialización en otros puntos, pues estamos ofreciendo directamente flores a menor precio, porque somos productores, anota.
El número de productores se ha incrementado en flores de corte y de maceta, especialmente la primera. En México, cerca de 30 mil personas se dedican al cultivo de flores. El Estado de México sobresale en flor de corte en lugares como Villa Guerrero, Cuatepec Harinas y Tenancingo, seguidos de Zumpaguacan, Ixtapan de la Sal, Tonatico, Almoloya del Río y Texcaltitlán.
Alberto García señala que la floricultura más que buen negocio nos sigue dando para sobrevivir, porque todos hemos resentido los efectos de la crisis. Hay un desequilibrio en cuanto a la seguridad, el gobierno se ha dedicado más a chismes que a crear programas; los tiene, pero hay candados y los productores medianos y pequeños no alcanzamos a cumplir los requisitos y nos quedamos fuera de ellos.
Estrategias para florecer
1- La floricultura nacional necesita tener un control de su producción, que es un reto difícil, ya que debe haber floricultores que se dediquen a producir determinada cantidad de rosas, polares o crisantemos, para enviar al mercado los volúmenes que cubran las necesidades de los compradores.
Uno de los males de este sector es que si vemos que a algunos productores sembrando claveles les va bien, todos queremos sembrar lo mismo y producir lo mismo y eso ocasiona que saturemos el mercado, reflexiona el presidente de la AFVG.
2- Urge establecer centros de comercialización, ya que hoy se cuenta con dos o tres puntos donde se concentra la gran mayoría de la venta de flores. En la ciudad de México, éstos se ubican principalmente en la Central de Abasto, el mercado de Jamaica y el mercado de Tenancingo, en el Estado de México. Hay mucha gente que no puede adquirir los productos que ofrece la floricultura, pero con las ferias y exposiciones los productores buscan que la gente incluya en su gasto semanal un pequeño presupuesto para flores, es decir, crear una cultura de consumo.
3- Otro pendiente es la capacitación poscosecha para hacer una selección adecuada de la flor de calidad de exportación, la idea es hacer tres clasificaciones, ya que hay clientes para todos los productos. En muchas ocasiones los floricultores hacen paquetes con flor revuelta y al cliente no le complace. Necesitamos cubrir las exigencias de nuestros clientes y en esa medida tendremos un valor agregado por nuestros productos, apunta García Millán.
En la exportación son unos cuantos los que están organizados para producir y sacar sus estándares de calidad. Son empresarios con dinero que invierten y salen a buscar contactos en el extranjero y establecen convenios con empresas que se dedican al consumo de flor en otros países, pero son muy pocos.
4- Crear comercializadoras apoyadas por los gobiernos federal y estatal para incursionar en el mercado internacional, ya que México está cerca de un país altamente consumidor de flores, Estados Unidos, y son pocos los floricultores que venden a ese país; mientras que los colombianos y ecuatorianos están cubriendo esa demanda. Las flores mexicanas compiten en calidad con las flores de otros países, pero a los productores les falta organización.
La mayoría de los floricultores son productores medianos y pequeños, por lo que una idea de la AFVG es la organización de los primeros para crear una comercializadora.
5- Es importante establecer programas para que los floricultores se vayan tecnificando, porque aunque ya existen, avanzan lentamente. Se requieren campañas intensivas para impulsar este proceso y los productores apliquen adecuadamente las dosis de productos químicos, o bien, como se impulsa en Villa Guerrero, combinarlos con productos orgánicos, con el propósito de disminuir los índices de contaminación y los riegos para quien los aplica.
En Villa Guerrero, la tecnificación de la floricultura se hace a cielo abierto, en invernadero y en microtúneles. En la zona florícola poca gente cultiva sin tener un equipo moderno para mejorar sus cultivos, además están metiendo variedades nuevas que van diversificando la comercialización.
