Granos y Oleaginosas

Avellana: uno de los frutos secos imprescindibles en nuestra dieta

Reciente estudio recomienda su consumo en personas mayores porque mejoran los niveles de dos micronutrientes

Afortunadamente, cada vez con más frecuencia se ensalzan los beneficios de los frutos secos en detrimento de aquellos falsos mitos que hablaban de un elevado contenido en grasa o exceso de calorías en este tipo de alimento. Su consumo es básico. No en vano, la Fundación Española del Corazón (FEC) los incluye entre los ingredientes imprescindibles de una dieta cardiosaludable, eso sí, en cantidades moderadas (unos 25 o 30 gramos diarios) y en crudo, es decir, sin haber sido sometidos a transformación industrial que haya podido añadir sal a la ecuación o menguar su aporte nutricional.

De hecho, a los frutos secos se les atribuye una serie de beneficios y propiedades que haríamos bien en no ignorar. Además, es un alimento que podemos incorporar de manera muy sencilla en muchas recetas o simplemente como tentempié. ¿Por qué? Esto es lo que indica la FEC:

• Incluyen en su composición menos de 50 por ciento de agua, tienen un bajo contenido de hidratos de carbono (excepto la castaña) y son ricos en proteínas (10-30 %) y grasas (30-60 %), especialmente ácidos grasos mono y poliinsaturados. Las nueces contienen ácidos grasos omega 3, precursores de DHA y EPA.
• Presentan minerales de fácil absorción, como potasio, calcio, fósforo, hierro y magnesio.
• El contenido en vitaminas es escaso, con excepción de la vitamina A. Poseen cantidades variables de tiamina, riboflavina y niacina.
• Son ricos en fibra insoluble, hierro, calcio, magnesio, ácido fólico, vitaminas E y B1.
• Contienen también fitoesteroles y otros componentes fitoquímicos.
• Algunos frutos secos, como las nueces o las avellanas, han demostrado ser capaces de disminuir las enfermedades del corazón ayudando a mejorar la elasticidad de los vasos sanguíneos.

Por otro lado, un estudio a cargo de investigadores de la Universidad Estatal de Oregón (EEUU) confirma que las avellanas pueden considerarse un alimento clave en personas mayores porque mejoran sobremanera los niveles de dos micronutrientes básicos en esa franja de edad: el magnesio y la vitamina E. Además, las avellanas son una gran fuente de grasas saludables, cobre y B6, lo que las convierte en un alimento indispensable en la dieta.

Los resultados de la investigación, publicados en el Journal of Nutrition, han puesto de manifiesto que las personas mayores corren el riesgo de albergar concentraciones más bajas de micronutrientes, asociado con una mayor probabilidad de sufrir problemas de salud relacionados con la edad, incluida la enfermedad de Alzheimer.

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