En 2017 la superficie sembrada de calabacita en el campo nacional fue de 29.6 mil hectáreas, en las que se obtuvo una producción preliminar de 547 mil toneladas, 9.0 por ciento más que en 2016
La calabacita también conocida como calabacín o calabaza de verano, es originaria de Mesoamérica. En algunos países de América Latina se le nombra “zapallito”. Su nombre científico es Cucurbita pepo L.
Este tipo de vegetal tiene la característica de crecer a lo largo del suelo, por lo que se le conoce como “rastrera” y puede medir hasta diez metros de longitud.
Es una planta monoica (con ambos sexos), pero con flores masculinas y femeninas debidamente separadas. La temperatura óptima para la germinación de la semilla oscila entre los 22 a 25 °C.
Las calabacitas tienen diferentes colores, tamaños y formas según la especie a la que pertenezcan. En cuanto a longitud, miden aproximadamente de 12 a 15 centímetros. Crecen en climas cálidos y son intolerantes a las heladas.
Los tallos, que están cubiertos de vellos, son erectos en las primeras etapas de desarrollo, hasta antes del tercer corte de frutos.
Como verdura es muy versátil, con ella se pueden elaborar diversos platillos. Se consume sola, con queso, en ensalada, en sopa, guisada, entre otras recetas.
Debido a su adaptabilidad a diversos climas y terrenos se puede cultivar tanto a nivel del mar como en valles altos. En 2017, los principales estados productores de calabacita fueron Sonora, Puebla y Sinaloa.
El Atlas Agroalimentario 2017 destaca que México exporta tres cuartas partes de su producción nacional, siendo Estados Unidos su destino principal.
El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) dio a conocer la cifra de producción de calabacita. De acuerdo con el cierre preliminar 2017, la producción nacional fue de 547.1 mil toneladas, cosechadas en una superficie sembrada de 29 mil 579 hectáreas. Con excepción de los estados de Chiapas y Tabasco, esta cucurbitácea se produce en todo el país.
