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El achiote, mucho más que sabor

El achiote es una planta originaria de la América tropical, se cultiva en todas las regiones tropicales del mundo, pero más intensamente en México, Perú, Colombia y Ecuador

Esta planta es valiosa como cultivo porque permite un ingreso económico significativo en sistemas de producción múltiple, principalmente en huertos familiares donde se intercala con árboles frutales, maíz, frijol e incluso árboles forestales.

Por otro lado tenemos que la tendencia mundial está dando preferencia a colorantes de origen natural sobre los sintéticos, y es precisamente el colorante obtenido del achiote su principal valor comercial en el mundo, esto incrementa las posibilidades económicas de las principales zonas productoras del país: Quintana Roo, Tabasco y Yucatán.

Asimismo, otros usos importantes: de las ramas se obtiene una goma que es similar a la goma arábiga, de la corteza se extrae una fibra apropiada para la cordelería y la leña, después de la extracción de pigmentos, es utilizada como combustible y para construcciones rurales. La planta es empleada como cerco vivo para controlar la erosión de los suelos, y recientemente, la variedad roja ha tomado auge para fines ornamentales.

En medicina tradicional la infusión de las semillas sirve como repelente de insectos, especialmente de zancudos; la cocción de la raíz se usa como diurético, la (cocción) de la corteza del tallo sirve para calmar dolores musculares, la de las hojas como antibiótico, laxante, cicatrizante, contra la caspa y caída del cabello.

El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) reportó que para 2016 la superficie nacional destinada para producción de achiote ascendió a 544 hectáreas, de las que se cosechó el 86 por ciento, con una producción total de 500 toneladas y un valor de poco más de seis millones de pesos.

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