Hortofruticola

Factores clave de éxito en la rentabilidad de la piña

Rendimiento por hectárea y calidad de producción obtenidos determinarán el precio a pagar por el producto final

En búsqueda de una mayor rentabilidad en el cultivo, la penetración en nuevas zonas geográficas de producción genera un ambiente de competencia propicio. Sin embargo, esto se ve afectado por el alza en los costos de producción y los eventos climáticos, que son cada vez más impredecibles.

El rendimiento por hectárea y la calidad de la producción obtenidos determinarán el precio a pagar por el producto final. A continuación abordaremos los factores clave de éxito en la rentabilidad de la piña:

Dado que en el cultivo de piña cada planta produce solamente un fruto cosechable, la cantidad de plantas establecidas por hectárea juega un papel determinante. Además, es fundamental asegurarse de que la mayoría de estas, si no todas, alcance el estado de maduración de la fruta hasta la etapa de cosecha para lograr el mayor rendimiento por hectárea. El empleo de herramientas de biorregulación a base de auxinas durante la etapa de plantación asegura el desarrollo de raíces más fuertes y resistentes. Gracias a ello se asegura la sobrevivencia y el establecimiento de un mayor número de plantas por hectárea, ya que cada brote logra una mayor absorción de agua y nutrientes necesarios para el llenado de los frutos en la etapa de crecimiento.

Durante el crecimiento vegetativo la planta necesita generar la cantidad suficiente de hojas que le permitan dar un fruto de buen tamaño y peso. Para ello será indispensable fertilizar el cultivo de manera balanceada, según los niveles adecuados de nutrientes para una elevada productividad. Un adecuado desarrollo del follaje implica estar libre de estrés durante el crecimiento vegetativo, por lo que la presencia de sustancias elicitoras ayudará a tolerar los periodos de estrés para mantener un desarrollo constante y equilibrado.

Gracias a que el momento de la floración del cultivo de piña puede ser inducido, existe la posibilidad de programar la cosecha según los objetivos y necesidades establecidos. El paso del estado vegetativo al reproductivo es inducido por alto grado de estrés registrado en el ápice (meristemo). Este suele ser causado por bajas temperaturas (20°C por la noche durante un periodo de 8-10 semanas), aunque también puede presentarse por sequía u otros daños ligeros.

De manera específica, el estrés de baja temperatura induce la síntesis de la hormona etileno, la cual inicia los cambios en aquellos procesos químicos que dan lugar a la inducción floral, para continuar con la formación progresiva de las flores.

La inducción floral natural (causada por el etileno) ha podido manipularse de forma artificial a través del tratamiento con biorreguladores. Al ser aplicados a la planta, esta puede convertirlos en etileno, siempre y cuando tenga una edad determinada y se encuentre en la etapa fisiológica adecuada para ello. De ahí que el tratamiento comercial de la inducción se efectúa una vez que la planta ha alcanzado una cierta edad y tamaño.

En algunos casos será necesario inhibir la inducción floral temporalmente para regular las épocas de floración. Gracias a ello, eventualmente se regularán también los periodos de cosechas y, por tanto, la comercialización.

Para lograr lo anterior se tienen que efectuar acciones preventivas dedicadas a desprogramar el meristemo apical de la planta, de manera que no se encuentre receptivo o apto para aceptar el estímulo químico de la inducción. Debido a que el periodo más importante de inducción ocurre en otoño, habrá que realizar prácticas anti-inductivas antes de esa etapa, las cuales pueden dividirse en dos grandes rubros:

a) Prácticas.— Para mantener una condición insensible de inducción en el meristemo, se debe prolongar el estado juvenil de la planta para que no forme etileno. Dicha condición vegetativa puede alcanzarse mediante fertilizaciones y aplicaciones de bioestimulantes desde antes de que se presente el estímulo (frío). El uso de bioestimulantes para tal propósito es válido acompañado de fertilizantes foliares.

b) Biorreguladores.— El uso de biorreguladores específicos tiene por objetivo causar un efecto “parcial” al meristemo antes o durante las etapas iniciales de la inducción con aplicaciones de auxinas, a fin de prevenir el proceso de inducción floral. Posterior al efecto provocado, el meristemo se restablecerá para estar nuevamente sensible anatómica y fisiológicamente, de manera que pueda ser inducido meses después.

Por naturaleza, la planta de piña puede llegar a experimentar déficit de citocininas, las cuales son indispensables para su óptimo desarrollo, por lo cual el tamaño y la forma de sus frutos se ven seriamente afectados. Debido a ello, es indispensable apoyar a los frutos con herramientas de biorregulación que contengan citocininas, de manera que se incremente la competitividad para obtener un calibre de frutos más uniforme, lo cual devendrá en mejores precios en el mercado.

El fruto múltiple de la piña consta aproximadamente de 200 flores individuales alrededor de un eje floral; en el desarrollo de cada ovario hay una etapa de crecimiento por división o multiplicación celular (aproximadamente de 20-30 días) y otra fase por alargamiento de las células previamente formadas. En la medida en que haya mayor cantidad de células formadas en la primera etapa, habrá mayor potencial de tamaño final del fruto.

Para estimular su crecimiento es necesario aplicar herramientas de biorregulación a base en citocininas, elementos nobles que no generan efectos secundarios indeseables. Gracias al empleo de este tipo de elementos puede evitarse la presencia de resultados negativos como el retraso de madurez, daños a la corona o una menor vida poscosecha, los cuales se traducirían en pérdidas de fruta comercializable para el productor.

A fin de poder estimular la mayor cantidad de los frutos futuros, la aplicación de biorreguladores con citocininas debe llevarse a cabo al final del periodo de floración. En el caso de la piña, la inflorescencia abre progresivamente desde la base sus flores individuales en un lapso de tiempo determinado, por lo que en el fruto completo siempre habrá algunos otros ejemplares en distintas etapas de crecimiento y, por tanto, en distintas etapas de división celular.

Al lograr frutos mejor desarrollados, la planta demandará mayor cantidad de nutrientes para el llenado de los mismos hasta la cosecha, por lo que será necesario aplicar complementos nutricionales. Además de ello, la planta requerirá un sistema de raíces abundante y bien ramificado que propicie una mayor exploración del suelo para absorber los nutrientes necesarios. Por lo anterior, el uso de herramientas de biorregulación con auxinas de alta eficiencia es esencial para garantizar un adecuado desarrollo de raíces. Por otro lado, para obtener el mayor efecto de las sustancias de biorregulación y nutrición es indispensable que los ingredientes activos logren penetrar en el tejido vegetal de interés; dado lo cual es indispensable adicionar una herramienta con tecnología penetrante a la solución. En muchas zonas del país el agua que se utiliza para preparar las soluciones de aplicación presenta un pH elevado, lo cual reduce la efectividad de los ingredientes activos que se aplicarán. En tal caso, contar con herramientas que regulen el pH del agua es primordial para mantener los ingredientes activos en su mayor nivel de eficiencia.

Información e imágenes: Agroenzimas MX

Comentarios

comentarios

Siguenos!

Países que nos están viendo


Suscribete al Boletin