En 2017, los estados de Puebla y Michoacán aportaron 73.8 por ciento de la producción nacional
La pera (Pyrus communis) es una fruta en forma de bombilla; su cáscara es lisa, la cual puede ser de color verde, amarillo, café o rojizo. La pulpa es blanca y jugosa, ligeramente “harinosa” al paladar, tiene un sabor dulce y es refrescante gracias a su alto contenido de agua.
Este fruto crece en los perales, los cuales son árboles caducifolios y pertenecen a la familia Rosáceae. Requieren cerca de 900 a mil horas de frío para su óptimo desarrollo. La mayor parte de la cosecha nacional se concentra entre los meses de agosto y octubre.
Esta fruta posee fibra tanto soluble como insoluble, que además de ayudar a mantener un sistema digestivo sano, se dice que su consumo favorece la disminución del colesterol, facilita la eliminación de toxinas, previene enfermedades cardiovasculares y ayuda a mantener un sistema digestivo sano.
Los minerales que contiene son calcio, hierro, potasio, fósforo; las vitaminas que aporta son C, E y las del grupo B.
Se consume fresca y en conserva; en algunos lugares del país se elabora con ella una bebida de jugo fermentado.
De acuerdo con cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en 2017, la producción nacional fue de 27.9 mil toneladas. Destacaron los estados de Puebla y Michoacán, con una participación de 40.7 y 33.1 por ciento del total nacional, respectivamente.