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Logran cultivar plátano en Islandia

En Islandia se producen plátanos a pesar de ser un país de clima brutal

Las temperaturas en invierno en Islandia rondan los 0°C, y en verano se alcanzan los 10°C, a pesar de ello, es posible producir plátanos, un cultivo altamente relacionado con países de clima tropical y subtropical. El secreto para lograr semejante hazaña radica en el subsuelo.

El país se encuentra situado justo en el punto donde dos placas tectónicas se encuentran. Se trata de las placas euroasiática y norteamericana. Gracias a la actividad existente en el subsuelo los islandeses disponen de energía geotérmica para calentar sus hogares, lo que hacen desde la década de 1920.

Sin embargo, en la década de 1940 algunos agricultores visionarios comenzaron a plantearse cómo utilizar dicha energía para producir flores y hortalizas. Fue así que comenzaron a utilizar invernaderos donde la fuente de energía era el calor emanado desde el subsuelo. Y es una fuente tan buena que incluso se pueden cultivar plátanos.

Sí, tampoco es que Islandia esté repleta de plátanos. Hay solo un invernadero en todo el país donde se producen plátanos. La superficie de dicho invernadero es de poco más de mil metros cuadrados. Se ubica en la Universidad Agrícola de Islandia, localizada a unos 40 kilómetros de la ciudad de Reykjavíc, capital del país.

Según se comenta, las plataneras dan fruto cada 18 meses y resulta complicado su manejo. El problema es que en invierno hay oscuridad total y en verano hay luz todo el día. De hecho el encargado del cultivo comenta que “las plantas se vuelven un poco locas” por esto mismo. La variedad cultivada es denominada como bananajurt musa x paradisiacal.

Hoy en día cada islandés consume unos 18 kilogramos de plátanos cada año, todos importados. Los plátanos obtenidos en la universidad solo son consumidos por personal de la misma y estudiantes. La razón es que está prohibida su venta con fines comerciales. Se trata solamente de un experimento que continúa, como recuerdo a lo que alguna vez pudo ser.

Allá por la década de 1940 algunos granjeros comenzaron a ver con buenos ojos a los plátanos. Los visualizaban como un cultivo de alto rendimiento y elevados ingresos. Pero conforme se dieron cuenta de los problemas de producción mencionados decidieron desistir, y así donaron varias plantas a la universidad.

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