Destacaron en 2017 en producción de melón los estados de Coahuila, Sonora, Michoacán y Guerrero, los cuales aportaron en conjunto más de tres cuartas partes del total
El melón es una planta herbácea de porte rastrero o trepador de nombre científico Cucumis melo L. Pertenece al grupo de las cucurbitáceas, como el pepino, sandía, calabacita, entre otros; su condición de producción la determina como hortaliza; sin embargo, por su consumo se le considera como fruta.
Se desarrolla mejor en climas cálidos y no excesivamente húmedos. La planta no es muy exigente en suelo, sin embargo, se obtienen mejores resultados en aquellos ricos en materia orgánica, profundos, reblandecidos, bien drenados, con buena aireación y pH comprendido entre 6 y 7.
El producto puede ser de pequeño a muy grande, redondo y ovalado, ya que existen numerosas variedades. En México, las más comunes que se siembran son la Cantaloupe o chino y Honey dew.
La pulpa puede ser blanca, amarilla o anaranjada. La placenta contiene las semillas y es gelatinosa o acuosa en función de su consistencia.
Es una fruta/hortaliza con un buen aporte en antioxidantes, los cuales nos protegen ante enfermedades crónicas y retrasan el envejecimiento. De cada 100 gramos, 90 son de agua. Es rica en vitaminas C y E, y en minerales como potasio, fósforo, magnesio, calcio y hierro, entre otros.
En México se produce melón en ambos ciclos agrícolas. Del volumen total del año agrícola 2017, el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), reporta que la cifra preliminar de producción nacional fue de 603 mil 781 toneladas; en el ciclo otoño-invierno 2016/2017 se cosechó 47.8 por ciento; mientras que en el periodo primavera-verano la cosecha fue de 52.2 por ciento.
Poco más de tres cuartas partes de la producción nacional se obtuvo en cuatro entidades del país: Coahuila aportó 25.2 por ciento del volumen nacional, seguido de Sonora, con 17.7 por ciento; Michoacán y Guerrero con 17.0 y 16.3 por ciento, respectivamente.