Así, la transposición del modelo de invernadero convencional presenta:
* disfuncionalidades tecnológicas
* contradicciones económicas
* contradicciones sociales
* bajo nivel de sostenibilidad
La propuesta para resolver estos factores es el uso de invernaderos con techos retráctiles, que a diferencia de los convencionales, se “adaptan” a las necesidades de las plantas, idea contraria a la visión tradicional que lleva al productor a adaptarse a los invernaderos.
El factor clave en el éxito de estas estructuras es que al tener la posibilidad de abrir y cerrar los techos, proporcionan al productor una herramienta para “administrar” la energía del sol, que en latitudes como la nuestra, tenemos en demasía.
Un invernadero de techo retráctil expone las plantas a las condiciones de cielo abierto, cuando son benéficas al cultivo, y le proporciona condiciones de invernadero, cuando las condiciones al exterior son adversas, ya sea porque la radiación puede someter a las plantas a un estrés excesivo, o en condiciones de frío, para protegerlas.
