La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó 2016 como Año Internacional de las Legumbres
Por Alejandro Barragán
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) define la malnutrición como el resultado de comer muy poco o tener una dieta desequilibrada que no contiene la cantidad ni la calidad adecuada de nutrientes para la salud.
Las legumbres son una fuente vital de proteínas de origen vegetal y aminoácidos. La FAO recomienda su consumo como parte de una dieta sana para tratar la obesidad, así como para prevenir y tratar enfermedades crónicas.
Ayudan a bebés y niños pequeños a satisfacer sus necesidades nutricionales diarias; los vegetarianos y veganos se aseguran de ingerir cantidades adecuadas de proteínas, minerales y vitaminas; asimismo, las mujeres en edad reproductiva, al combinar legumbres con vitamina C, las convierten en un alimento poderoso para reabastecer sus reservas de calcio.
Por su alto contenido en fibra ayudan a reducir el riesgo de enfermedades coronarias; la presencia de fitoestrógenos puede reducir el declive cognitivo y los síntomas de la menopausia; el calcio que se encuentra en las legumbres contribuye a la salud de los huesos y para reducir el riesgo de fracturas por osteoporosis; su contenido de fitoquímicos y antioxidantes pueden tener propiedades anticancerígenas; el alto contenido en hierro es bueno para prevenir la anemia en mujeres y niños cuando se combina con vitamina C; asimismo, las legumbres reducen el riesgo de defectos de tubo neuronal, como la espina bífida en recién nacidos.
En su 68 periodo de sesiones la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el año 2016 como Año Internacional de las Legumbres cuyos objetivos son:
• Concientizar sobre papel de las legumbres en la producción sostenible de alimentos, las dietas saludables y su contribución a la seguridad alimentaria y nutricional.
• Promover el valor y la utilización de las legumbres en el sistema alimentario, sus beneficios para la fertilidad del suelo y para combatir el cambio climático y la malnutrición.
• Alentar las conexiones a lo largo de la cadena alimentaria para una mayor producción de legumbres, fomentar la investigación y la mejor utilización de la rotación de cultivos, y hacer frente a los retos del comercio de legumbres.
