Agroindustria

Lluvias en Siria, esperanza para agricultores

La cosecha de trigo mejora respecto al año pasado, pero sigue siendo muy reducida

La seguridad alimentaria en algunas zonas de Siria ha mejorado ligeramente respecto a un año antes, debido a unas mejores condiciones de seguridad y para el acceso de la ayuda humanitaria, pero el panorama general continúa siendo mucho peor que antes de la guerra, según advirtieron dos organismos de la ONU.

La última Misión de Evaluación de los Cultivos y la Seguridad Alimentaria (MECSA) realizada conjuntamente por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), estima que la producción total de trigo será de 1.8 millones de toneladas, un 12 por ciento más respecto al nivel mínimo del año pasado, pero todavía menos de la mitad del promedio de los 10 años previos al conflicto.

Los resultados de la misión, presentados hoy, indican que 6.9 millones de sirios siguen padeciendo inseguridad alimentaria, mientras que otros 5.6 millones podrían encontrarse en esa situación sin la ayuda alimentaria regular que reciben cada mes.

El acceso de las organizaciones humanitarias a algunas zonas sitiadas ha mejorado en comparación con el año pasado. Pero este acceso sigue estando muy restringido en Deir-ez-Zor, donde continúan los lanzamientos de alimentos y otros suministros —que resultan vitales— desde el aire, y en Ar-Raqqa, donde la situación es ahora muy grave debido a los continuos enfrentamientos y ataques aéreos. En Ar-Raqqa, los comercios han quedado destruidos y el costo de la cesta de alimentos básicos ha aumentado un 42 por ciento entre mayo y junio de este año.

La mejoría de las lluvias en la cuenca del Éufrates ha significado un caudal más abundante y mayores niveles de agua en muchos de los embalses del país. La producción de trigo y cebada mejoró ligeramente en 2017 en comparación con el año pasado, debido al aumento de las precipitaciones y del acceso a las tierras agrícolas en algunas áreas. Las principales limitaciones siguen siendo el alto costo o la falta de disponibilidad de insumos —como semillas y fertilizantes—, y la destrucción de infraestructuras, como las destinadas al riego y al almacenamiento.

Las condiciones de pastoreo son también mejores debido a las lluvias más abundantes, y ello aliviará parcialmente la presión de los altos precios del forraje. El tamaño de los rebaños se ha estabilizado, aunque sigue a un nivel muy bajo. Los principales obstáculos siguen siendo los altos precios de los forrajes, la insuficiente cobertura de servicios veterinarios y la inseguridad que limita el acceso a las zonas de pastoreo en algunas regiones del país.

Las mejoras graduales en seguridad y la apertura de rutas de suministro han permitido que el comercio se recupere lentamente y los mercados urbanos vuelvan a funcionar en diversas zonas del país. En algunos barrios de Alepo oriental, donde todas las infraestructuras y los mercados habían resultado destruidos, comienza a recobrarse la actividad, aunque a un ritmo muy lento. En todo el país, los precios de los alimentos siguen siendo muy altos, con la excepción de las gobernaciones de Deir-ez-Zor, Al-Hasakah y Damasco Rural.

Esta MECSA es la cuarta misión que se realiza en Siria desde el inicio de la crisis. Cada misión aporta una evaluación imparcial y equilibrada de la situación agrícola y de la seguridad alimentaria en el país.

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