Agroindustria

Los coqueteos entre Monsanto y Sinochem evidencian el plan biotecnológico de China

Las dos compañías han estado en conversaciones para establecer un posible acuerdo que incluiría la creación de una gran empresa conjunta, la venta de una cuota minoritaria o un mayor papel de Sinochem en el marketing de productos de Monsanto en China

El conglomerado de químicos Sinochem Corp. está en conversaciones avanzadas con Monsanto Co. para ahondar significativamente sus lazos, dijeron fuentes al tanto, un indicio importante del creciente apetito de China por cultivos y biotecnología de Estados Unidos.

Las dos compañías han estado en conversaciones durante meses, dijeron las fuentes. No está claro qué forma tomaría un acuerdo, pero podría incluir la creación de una gran empresa conjunta, la venta de una cuota minoritaria o la asunción de un mayor papel por Sinochem en el marketing de productos de Monsanto en China.

Las conversaciones han sido difíciles, dijeron las fuentes, debido a las sensibilidades económicas y políticas de acercar a ambas compañías. “Usted tiene que ser muy cauto y cuidadoso en estas situaciones”, dijo una de las personas familiarizadas con la situación. “Todo es muy sensible.”

Un portavoz de Sinochem dijo que no sabía nada sobre un negocio con Monsanto y se negó a hacer mayores comentarios. Monsanto también se negó a hacer comentarios.

Con un valor de mercado de 40 mil millones de dólares, Monsanto domina la biotecnología de cultivos, un mercado de 15 años de antigüedad que la compañía estadounidense prácticamente creó.

Monsanto tiene al menos uno de sus genes patentados en alrededor de 90 por ciento de toda la soya producida en Estados Unidos y en alrededor de 80 por ciento del maíz de este país. Los agricultores pagan una mayor prima por granos que contienen tales genes porque equipan las plantas para, por ejemplo, tolerar la exposición del popular herbicida Roundup, de Monsanto, o producen sus propios insecticidas.

Sinochem, con sede en Pekín, tiene un papel similar en China, donde es el mayor importador y distribuidor de fertilizantes del país y un gran productor de granos. Fundada como empresa estatal en 1950, la compañía tiene más de 50 mil millones de dólares en ingresos anuales con operaciones que incluyen bienes raíces y finanzas.

Pero el objetivo principal de Sinochem es garantizar la seguridad alimenticia en el país más populoso del mundo, lo cual implica con cada vez más urgencia expandirse internacionalmente para conseguir líneas de abastecimiento y tecnología para alimentar a mil 340 millones de personas.

Aun cuando China es el mayor productor mundial de trigo y arroz, y el segundo de maíz, después de Estados Unidos, el país no produce suficiente. Eso obliga a China a importar alimentos —una de las pocas categorías en la que EU es exportador neto a China— para impedir que los volátiles precios de alimentos agiten el descontento.

La capacidad de China de producir más granos es limitada. No hay mucha tierra arable que aún no haya sido explotada y la capa freática en algunas zonas está menguando debido a la intensa irrigación. La manera más segura de que China aumente grandemente sus cultivos es elevar el rendimiento del suelo, algo con gran potencial de mejoría.

Los productores chinos de maíz producen un promedio de 85 bushels por acre (0.4 hectáreas) comparado con alrededor de 158 bushels de agricultores estadounidenses, según el Departamento de Agricultura de ese país.

Una gran diferencia entre los agricultores estadounidenses y sus pares chinos es la biotecnología de cultivos. Fuera del algodón y la papaya, pocos cultivos de China son genéticamente modificados. En Estados Unidos, donde los granos genéticamente modificados fueron introducidos comercialmente a mediados de la década de 1990, la vasta mayoría del maíz, la soya y el algodón están genéticamente modificados.

El gobierno chino está haciendo amplias investigaciones de biotecnología, pero el país sigue muy rezagado frente a Estados Unidos en materia de comercialización en parte porque Pekín, reacio a ceder el control de su oferta alimentaria a extranjeros, ha querido controlar la tecnología.

Monsanto ha tenido una empresa conjunta de granos híbridos de maíz con China National Seed, propiedad de Sinochem, desde 2001. Pero Monsanto, que en 2008 acordó inyectar otros 84 millones de dólares en el negocio, es socio minoritario. Un ejecutivo de alto rango de Monsanto el año pasado se quejó de que el gobierno chino seguía prohibiendo que compañías extranjeras inviertan en biotecnología agrícola en China.

Sinochem no ha ocultado su deseo de fortalecer su tecnología agrícola. En su informe anual de 2010, dijo, “Estamos comprometidos con convertirnos en el mayor proveedor de productos y servicios agrícolas de China y en líder mundial” en el segmento.

El gobierno chino está preocupado por la seguridad alimenticia porque la creciente economía está creando más familias de clase media que quieren mejorar sus dietas con el consumo de más carne y bebiendo más leche, lo cual requiere de granos para alimentar al ganado. China importa casi un cuarto de la soya de Estados Unidos, en parte para engordar cerdos y pollos, codiciados por la clase media de China.

De forjar una nueva alianza Sinochem y Monsanto, deberán proceder con cuidado. Países como Canadá, Estados Unidos y Australia protegen más sus industrias nacionales, temiendo la filtración de tecnología significativa a compradores extranjeros, especialmente China.

Fuente: The Wall Street Journal

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