Agroindustria

Los fertilizantes y el futuro

Los fertilizantes han sido un factor importante para el incremento de la producción agrícola en el mundo, sin embargo también son objeto de críticas por parte de algunos sectores, relacionadas con sus efectos en el medio ambiente.

De acuerdo con Louise O. Fresco, subdirectora general del Departamento de Agricultura de la FAO, aún hay gran desconocimiento y confusión sobre los nutrientes de los suelos y, en particular, sobre los fertilizantes minerales, por lo que es hora de disipar algunos de los mitos que prevalecen en torno a éstos y para ello el público necesita información objetiva y científica.

Considera que la utilización de los fertilizantes puede contribuir a alimentar al mundo y a responder a los desafíos que afrontará la agricultura en las próximas décadas.

En el estudio de la FAO Agricultura mundial: hacia los años 2015/2030 se afirma que está adquiriendo cada vez más importancia el incremento en la utilización de fertilizantes en vista de otros factores, como las repercusiones de las prácticas agrícolas más intensivas en la fertilidad del suelo. Con todo, es posible aumentar la producción de alimentos con un incremento relativamente menor de fertilizantes.

Louise O. Fresco apunta que hay consenso general sobre la evolución de la agricultura en respuesta a las tendencias demográficas y económicas. La población mundial probablemente llegará a ocho mil millones de habitantes alrededor del año 2030, y dos de cada tres personas vivirán en las ciudades. El incremento de los ingresos creará una demanda asimétricamente más alta de alimentos, lo que quiere decir que en los próximos tres decenios la producción de alimentos necesitará aumentar 60 por ciento.

Casi todo el aumento de la producción tendrá que originarse en los países en desarrollo, gracias a la intensificación de la agricultura, es decir, mayor rendimiento por unidad de tiempo y de superficie. Conforme la urbanización reduce la fuerza de trabajo agrícola, la agricultura también tendrá que adoptar nuevas modalidades de mecanización, y pasar a la intensificación de la utilización agraria, con todas sus connotaciones. Estas situaciones sugieren incrementar la eficiencia de la utilización de todos los recursos naturales, en particular el agua, y la necesidad de una utilización de fertilizantes mayor en eficacia aunque no en volumen.

Cosechas más abundantes

Hace medio siglo los agricultores sólo aplicaban 17 millones de toneladas de fertilizantes en sus tierras, hoy utilizan ocho veces ese volumen. En el norte de Europa la utilización de fertilizantes ha aumentado de alrededor de 45 a cerca de 250 kilogramos por hectárea desde 1950. En el mismo periodo, las cosechas de trigo en Francia crecieron año tras año, de unas 1.8 toneladas a más de siete por hectárea. El incremento de la utilización de fertilizantes sin duda es inferior al aumento de las cosechas, lo que confirma la pauta general de mayor eficacia en la utilización de los fertilizantes.

La aplicación de fertilizantes actualmente da cuenta de 43 por ciento de los nutrientes que la producción agrícola mundial extrae anualmente, y la contribución podría llegar hasta 84 por ciento en los próximos años.

Louise O. Fresco subraya que al contrario de lo que piensa una parte de la opinión pública, no es probable que los nutrientes de origen no mineral superen a los fertilizantes minerales en el futuro, si bien habrá más abono verde debido al incremento de la producción de ganado, y la urbanización produce más desechos, en especial aguas residuales, la eficacia de éstos es considerablemente inferior y el costo actual de utilizar los desechos en la agricultura sigue siendo muy elevado.

La agricultura orgánica que elimina la utilización de insumos sintéticos, expone, no parece una opción viable.

En la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996, los gobiernos se comprometieron a reducir a la mitad el número de personas que pasan hambre para el año 2015. Existe un nexo directo entre ese objetivo de la CMA y la utilización de fertilizantes. Es posible que signifique un aumento de 8 por ciento en las aplicaciones de fertilizantes respecto de la situación actual.

Una mejor utilización de los fertilizantes para cumplir los objetivos de la CMA tiene particular importancia para algunos países, como China y la India, donde vive una gran parte de la población mundial. Pero podría ser todavía más importante para África, donde se necesitan incrementos anuales de 2.7 por ciento para compensar la pérdida de nutrientes, y en el trópico, donde la agricultura anual sin fertilizantes le cobra una gran cuota a la materia orgánica del suelo.

Eficacia en la utilización

La subdirectora general del Departamento de Agricultura de la FAO señala que el desafío para el futuro es utilizar los fertilizantes con mayor eficacia. Una posibilidad es mediante de la biotecnología, ya que hay poca actividad en el ámbito de la orientada a las presiones abióticas o a la fijación biológica del nitrógeno. Si bien puede haber margen para esa investigación hay que tener mucho cuidado de no prometer demasiado, con anticipación.

En todo caso, añade, el fitomejoramiento tradicional todavía tiene mucho que ofrecer. Por ejemplo, se ha trabajado mucho en las propiedades denominadas de «mantenerse verdes» de algunos cultivos, como el sorgo, que mientras más tiempo dura verde más fertilizante absorbe.

Otro prometedor sector de investigación es la biología de los suelos. Se sabe que la materia orgánica y la biología del suelo son importantes para la gestión de los nutrientes, y que la eficacia de los fertilizantes es mucho mayor cuando se mejoran los suelos. Como la fijación biológica del nitrógeno produce resultados diversos, los científicos necesitan vincularla a la aplicación de fertilizantes más convencionales y estudiar la recuperación.

La gestión integrada de los sistemas de producción es un método de eficacia comprobada para aprovechar mejor los fertilizantes. Se han obtenido extraordinarios resultados en la racionalización de las aplicaciones de plaguicidas gracias a que se ha transmitido a los agricultores las nociones del manejo integrado de plagas en las escuelas de campo, donde aprenden a observar atentamente los cultivos y a debatir la gestión de las plagas y los patógenos. Estas actividades se ligan cada vez más a la gestión integrada de los nutrientes: se capacita a los agricultores para observar las repercusiones reales de la aplicación de nutrientes, en vez de, por ejemplo, aplicar cada vez más urea sólo porque es el fertilizante más económico.

Los agricultores también necesitan entender los efectos en ciertos patógenos de una utilización excesiva de nitrógeno, y otros factores de presión en los cultivos. Esto podría convencerlos de la necesidad de adquirir fertilizantes que no sean de nitrógeno y adoptar un plan de aplicaciones de fertilizante más equilibrado.

La industria de los fertilizantes debería ser más creativa y garantizar que el agricultor realmente obtenga el máximo beneficio de las técnicas actuales de cultivo y aplicación de los fertilizantes; es decir buscar en forma sistemática cómo reducir la demanda de mano de obra, factor de particular importancia conforme disminuye este recurso agrícola. Por ejemplo, los nuevos fertilizantes recubiertos de polímeros podrían brindar una tasa de recuperación mucho mejor.

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