Agroindustria

Los países pueden beneficiarse del comercio de alimentos

La FAO y la OMC facilitan la participación de las naciones en desarrollo en un mercado de 1.7 billones de dólares de crecimiento rápido

Participar en el desarrollo de las normas alimentarias internacionales para el comercio es fundamental para que los países puedan aprovechar los beneficios del auge del comercio mundial y prepararse para cambios tecnológicos inminentes, afirma una publicación conjunta presentada hoy por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Los países en desarrollo, en particular, deberían invertir en capacidad y habilidades para lograr una participación eficaz en instituciones y organismos multilaterales como la OMC y el Codex Alimentarius, la principal entidad para establecer normas alimentarias internacionales.

La publicación Comercio y normas alimentarias (Trade and Food Standards) ofrece una explicación concisa de cómo se deciden y aplican estas normas internacionales. Defiende una mayor participación de los países en desarrollo tanto en los procesos armonizados para establecer normas alimentarias en el Codex Alimentarius, como en los Comités de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF) y de Obstáculos Técnicos al Comercio (OTC) de la OMC.

Un compromiso más efectivo tiene también el potencial de hacer que el mercado internacional de 1.7 billones de dólares EEUU en productos agrícolas sea más inclusivo, permitiendo que los productores y procesadores de alimentos en pequeña escala participen en cadenas de valor a gran escala. Para lograrlo, los gobiernos deben prestar mayor atención y lograr el consenso nacional sobre sus prioridades de política alimentaria.

Este enfoque se hace cada vez más imprescindible en un momento de creciente preocupación de los consumidores por los microbios, plaguicidas, aditivos alimentarios y por la nutrición y por el aumento de la capacidad tecnológica para controlar la calidad, inocuidad y origen de los productos alimenticios.

La publicación ilustra igualmente algunos de los factores que promueven los cambios en el ámbito de la regulación de los alimentos: la digitalización, las nuevas tecnologías de producción y procesamiento y el comercio electrónico, así como las tendencias de etiquetado, los nuevos acuerdos comerciales y las cambiantes preferencias alimentarias y de los consumidores. Todo ello tendrá un impacto cada vez más profundo en el panorama del comercio de alimentos y de la inocuidad alimentaria.

La trazabilidad de los productos alimenticios tiene cada vez más carácter obligatorio para permitir responder de forma rápida a los brotes de enfermedades transmitidas por los alimentos. Los métodos para medir la radiación, los plaguicidas y otros contaminantes químicos en los alimentos son cada vez más sensibles y subrayan la creciente importancia de desarrollar la capacidad de los países para evaluar los riesgos que conllevan y gestionarlos e informar sobre ellos de forma adecuada.

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