Agroindustria

Maíz QPM, opción para México

Frente al debate en torno al maíz y el frijol, considerados como los productos más sensibles en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), deben buscarse opciones de producción en el ámbito interno.

Una posibilidad es el maíz QPM, que contiene el doble de proteína respecto del grano convencional, con el cual se puede abatir la desnutrición de 40 millones de mexicanos y, por otra parte, representa una opción atractiva para la industria de alimentos balanceados destinados al sector pecuario, aseguró Marcel Morales, director general de Asesoría Integral Agropecuaria (Asia).

En México –consideró– tenemos la necesidad no sólo de incrementar la producción de maíz y frijol, sino de aumentar los niveles de productividad por hectárea, lo cual es posible con el uso de tecnologías desarrolladas en entidades de investigación como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) o el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), con los cuales Asia firmó sendos convenios de colaboración para el uso y comercialización de biofertilizantes y del maíz QPM, respectivamente.

Marcel Morales destacó que el QPM es un producto generado en México, desarrollado por científicos mexicanos, fundamentalmente el CIMMYT y el INIFAP, que se está aplicando en 80 naciones pero, paradójicamente, en nuestro país es prácticamente desconocido.

Durante un taller, realizado en la recientemente inaugurada Biofábrica Siglo XXI, en Cuautla, Morelos, el especialista Rodrigo Avendaño, explicó que el QPM no es un transgénico, sino un híbrido producto de años de investigación, cuyo potencial de rendimiento es de hasta siete toneladas por hectárea.

Indicó que su costo es similar al del convencional, aunque los rendimientos para la elaboración de tortilla y otros insumos alimenticios son mayores, por lo que resulta muy atractivo para la industria alimenticia, que consume alrededor de ocho millones de toneladas de maíz amarillo.

El director de Asia destacó que muchas de las soluciones del campo mexicano están en los centros de investigación y que sólo hay que volver la vista y promover el desarrollo y aplicación de las aportaciones que ahí se generan. “Tenemos un alto capital acumulado en los centros de investigación producto de muchos años de esfuerzo, con resultados contundentes. Nos hemos dado a la tarea de fortalecer y contribuir a la difusión de estos resultados hacia el sector de los productores.”

Con una década de diseñar y aplicar esquemas de desarrollo rural, Asia busca ser un agente articulador entre sector industrial, la investigación y el sector productivo.

Marcel Morales remarcó que “la nueva etapa de desarrollo rural a la que debemos entrar implica el mejor aprovechamiento de las capacidades y recursos que tenemos disponibles, tanto económicos, como científicos –generados y condensados después de años de investigación–; así como una articulación productiva, eficiente y coherente”.

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