La creciente preocupación de la comunidad internacional por la contaminación ambiental, la pérdida de la biodiversidad y el deterioro paulatino de los ecosistemas, ha propiciado la búsqueda de otras opciones en el manejo de plagas que estén soportadas en principios biorracionales que ofrezcan mínimos efectos colaterales al medio ambiente.
Las moscas de la fruta (Diptera: Tephritidae) se consideran entre las plagas de mayor importancia comercial y cuarentenaria en el mundo. Para su control se establecen programas fitosanitarios a gran escala que deben ser desarrollados en el ámbito regional.
Las tecnologías de vanguardia en su conjunto proporcionan un esquema para el manejo integrado de plagas. Entre éstas podemos destacar la Técnica del Insecto Estéril (TIE), el control biológico por aumento de enemigos naturales, la aspersión de cebos tóxicos específicos, así como el uso de atrayentes sexuales y alimenticios para el monitoreo y detección de brotes o poblaciones de estos organismos. Lo anterior representa por sí mismo uno de los sistemas de manejo integrado de plagas con mayor orientación ecológica de que se dispone en la actualidad.
La aplicación de la TIE requiere la producción masiva del insecto plaga bajo los más estrictos estándares de control de calidad. Estos insectos deben ser irradiados y posteriormente liberados en el campo en grandes cantidades y en los tiempos apropiados, con el objetivo de inducir la esterilidad requerida en la población silvestre para la supresión y/o eventual erradicación de la plaga en una zona determinada.
Los machos estériles deben ser capaces de competir exitosamente con los machos silvestres en el alcance y logro de las cópulas con las hembras fértiles, para lo cual es necesario brindar en materia de densidad relativa, la mayor ventaja posible al insecto estéril.
Control biológico
El uso del Control Biológico Aumentativo (CBA) contra moscas de la fruta también requiere la producción masiva de los enemigos naturales bajo las mismas exigencias de control de calidad que se refieren para el insecto estéril.
En la actualidad los parasitoides son los enemigos naturales que han mostrado mayor potencial para ser utilizados con este propósito, y su utilización está enfocada principalmente hacia aquellas áreas o regiones donde la aplicación de productos químicos para el abatimiento de poblaciones de moscas está sumamente restringida ya sea por aspectos sociales, económicos o medioambientales.
Los parasitoides (e.g. Diachasmimorpha longicaudata; Hymenoptera: Braconidae) han demostrado su capacidad de suprimir exitosamente poblaciones de moscas de la fruta, si sus liberaciones son realizadas en los tiempos y densidades adecuadas.
En ambos tipos de estrategias (TI y CBA), es indispensable contar con la logística necesaria a gran escala para el empaque y liberación de estos insectos.
Control químico
En el control químico de moscas de la fruta se han utilizado tradicionalmente aspersiones de un cebo tóxico elaborado a base de proteína hidrolizada y malation; aunque éstas han sido efectivas, frecuentemente se han asociado a problemas de opinión pública contraria: daños a la salud humana, contaminación al medio ambiente y toxicidad a la entomofauna benéfica.
El descubrimiento de un compuesto natural (i.a. Spinosad), producto de la fermentación anaeróbica del actinomiceto Saccharopolyspora spinosa, ha marcado una nueva etapa en el control químico de esta plaga, pues actualmente este producto ya cuenta con registro orgánico en diferentes partes del mundo, y está considerado como un ejemplo de la química verde en materia del control de plagas.
La detección de un espécimen en caso de una mosca exótica (e.g. Ceratitis capitata), o bien los resultados del trampeo de moscas nativas de importancia económica (Anastrepha spp.) en huertos comerciales o sus alrededores, es el disparador de las actividades de control o erradicación según corresponda.
El primer componente que se utiliza es el elemento de supresión (control químico y/o control biológico) durante un número de aplicaciones/liberaciones que afecten al menos dos generaciones de la plaga. El control mecánico puede ser una herramienta adicional recomendable siempre y cuando éste sea factible en términos de costo/beneficio, para complementar posteriormente con la liberación del insecto estéril a las densidades recomendadas.
La integración de estas estrategias debe enfocarse a escala regional, con la intención de eliminar moscas invasoras procedentes de zonas aledañas que puedan poner en riesgo el estatus de zonas o huertos libres o temporalmente libres de moscas de la fruta.
Esto implica programas oficiales en áreas extensas, la existencia de organizaciones de productores interesadas en mantener áreas libres de moscas de la fruta, que les permita la comercialización de sus productos con las ventajas que lo anterior representa.
