Agroindustria

Mínimos subsidios gubernamentales impiden la modernización agrícola

Es necesario otorgar suficientes ingresos a los campesinos para que produzcan cultivos que tengan ventaja comparativa a escala internacional

Pese a cambios de fomento agropecuario llevados a cabo a finales de los años ochenta, persisten “debilidades” y “distorsiones” en la producción agrícola nacional como son los precios de garantía y mínimos subsidios gubernamentales, que impiden el vigor del sector.

Así lo advierte el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) al evaluar los aspectos más relevantes de los programas de Apoyos Directos al Campo (Procampo) y a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Regionales (PAC), así como de la Alianza para el Campo.

La conversión productiva del campo tiene por objetivo “otorgar suficiente ingreso a los campesinos para que dejen de producir aquellos cultivos en los cuales no tenemos ventaja comparativa a nivel internacional, y se dediquen a producir los que sí”, indica el organismo empresarial en su análisis estratégico.

Señala que aun cuando Procampo otorga subsidios directos a los productores agrícolas ­a la fecha 2.4 millones, equivalentes a 39.7 por ciento de la población dedicada a labores agropecuarias­, existen problemas de ejecución.

El CEESP se pronuncia por “la bursatilización del subsidio”, como sugiere el Banco Mundial, para que los agricultores dispongan de dinero e incrementen sus ingresos por los intereses que obtengan.

Propone también que el apoyo otorgado a los agricultores esté ligado a la rendición de cuentas para hacerlo más efectivo, y que se realice una revisión de los insumos para lograr la igualdad con los competidores internacionales.

Sobre Alianza para el Campo, creado bajo un esquema de responsabilidad compartida entre agricultores y los tres niveles de gobierno para impulsar proyectos rentables, el CEESP considera que los grandes productores han sido los principales beneficiados, porque los proyectos de los pequeños agricultores implican más riesgo.

Indica que aun cuando existan procesos productivos beneficiados con inversiones en capital y tecnología que generan mayor producción o hasta sobreproducción de algunos cultivos, se carece de mercado para comercializarlo, por lo que hacen falta mecanismos para ello.

En cuanto al PAC, enfocado a fortalecer a los productores, pero también a las cadenas productivas, la diversificación de cultivos y la utilización de la infraestructura agroindustrial, el CEESP critica que “siga funcionando como precio de garantía aunque no se le reconozca como tal”.

Otros de los principales problemas del PAC, señala el CEESP, es que los apoyos no se otorgan de manera oportuna, lo que impide planear la actividad productiva y orilla a los agricultores a pedir prestado o recurrir a los “coyotes”.

Fuente: La Jornada

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