Agroindustria

Orgánicos se marean en el avión

YORK, GRAN BRETAÑA.— La exportación de productos agrícolas orgánicos de África Oriental a Europa corre riesgo de sucumbir, pues un organismo gubernamental de Gran Bretaña decidirá en noviembre si perderán tal carácter los que sean transportados por avión.  leer más

Los agricultores africanos criticaron airados a la británica Asociación del Suelo por consultar cuántas millas aéreas recorren sus productos, pues, según los resultados, podría negarse a certificar el carácter orgánico de algunas cargas aéreas.

Menos de 1 por ciento de los alimentos consumidos por Gran Bretaña llegan por aire. Pero la contribución de este medio de transporte al recalentamiento planetario siembra el descontento entre ambientalistas de este país, responsable de 11 por ciento de las emisiones de carbono mundiales.

Por lo tanto, según estos activistas, el transporte aéreo se va de bruces con los principios de la agricultura orgánica.

Una investigación encargada por el Centro de Comercio Internacional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advierte que 15 mil personas de Kenia y Ghana —los mayores exportadores a Gran Bretaña— verían afectado su medio de vida si la Asociación del Suelo decide estudiar esta medida.

“Los exportadores están caminando por las paredes. Esto crea mucha incertidumbre”, dijo Alexander Kasterine, consejero de alto nivel sobre desarrollo del mercado en el Centro Internacional de Comercio.

“Un exportador nos dijo que había seguido las pautas de la Asociación del Suelo en los últimos cinco años, invirtiendo en capacitación y comprando maquinaria. Y ahora la Asociación del Suelo les podría decir que no usen su logo”, sostuvo.

La Asociación del Suelo es una entre media docena de esas agencias en Gran Bretaña, pero es responsable de certificar más de 70 por ciento de los productos orgánicos. Esto hace que su calificación sea la más conocida entre los consumidores y una de las más buscadas por los exportadores.

Su decisión constituirá un fuerte mensaje a las agencias certificadoras, no solamente en Gran Bretaña, sino de toda Europa. Entre ellas, Naturland, en Alemania, está considerando una similar elevación de sus estándares.

Kasterine señaló que la Asociación del Suelo erraba en sus objetivos. “Hay actividades que agravan mucho más el cambio climático que el transporte aéreo, por ejemplo, la agricultura británica, intensiva en materia de energía”, dijo.

“Si uno es un cultivador africano que vive con 3 por ciento de los ingresos del lord Melchett (el director de políticas de la Asociación del Suelo), podrá preguntarse por qué él limita su mercado en nombre de la mitigación del cambio climático”, afirmó.

Los cultivadores orgánicos africanos, actores clave en un mercado mundial de 40 mil millones de dólares al año, aprovechan la menor contaminación en sus países poco industrializados y se embarcan en prácticas agrícolas ecológicas.

Paradójicamente, las agencias del Norte industrial que los alentaron a eso ahora formulan cuestionamientos éticos, como el del transporte aéreo.

Uganda, uno de los primeros firmantes del flamante Estándar Orgánico de África Oriental, vio crecer 61 por ciento sus ventas en el sector entre 2003 y 2004, y, según los últimos datos disponibles, exporta ahora 6.2 millones de dólares.

Amarjit Sahota, director de la firma de análisis de mercado Organic Monitor, con sede en Londres, dijo a IPS que la Asociación de Suelos estaba en peligro de meter un gol en contra.

“Un consumidor que no encuentre una piña (ananá) orgánica comprará una convencional. En teoría, la Asociación de Suelos hace lo correcto, pero la realidad es levemente diferente”, declaró.

Según las últimas investigaciones, 83 por ciento de las frutas y verduras orgánicas vendidas en Gran Bretaña son importadas del Sur en desarrollo.

Las frutas exóticas constituyen casi la mitad de todos los productos orgánicos frescos comprados por los consumidores británicos. La mayoría de las piñas y los mangos orgánicos proceden de África.

El Estándar Orgánico de África Oriental abarca productos de Burundi, Kenia, Ruanda, Tanzania y Uganda. Es el primero de tres en ser desarrollados por la Federación Internacional de los Movimientos de Agricultura Orgánica, que también trabaja en el mismo campo en África Occidental y el Pacífico Sur.

La cooperación entre líderes de los estados del oriente africano, que juntos representan 600 mil hectáreas de cultivos orgánicos, habían sido clave para hacer posible el estándar, dijo Sorensen, quien afirmó que pronto otros podrían unirse.

“Hay muchos productos orgánicos realmente buenos en otros países de África Oriental. Estamos trabajando donde es más factible”, señaló Sorensen.

Aunque se dice que el estándar está construido sobre los recién revisados por la Unión Europea para la certificación orgánica, y que en teoría garantiza el acceso al mercado europeo, no está claro si Bruselas lo aceptará, y cuándo lo hará.

“Apoyamos la cooperación en materia de estándares entre países de África Oriental, pero no hemos estudiado su contenido y hasta ahora no hubo actividades para estudiar la posibilidad de equivalencia con el marco de la Unión Europea”, dijo un portavoz de la Comisión Europea, rama ejecutiva del bloque.

Pero por lo menos libera a los agricultores de depender de costosas agencias europeas para auditar la producción.

“Es absurdo pagar para que un inglés vuele a Kenia para dar el certificado. Los cultivadores quisieron establecer su propia infraestructura y regulación, y hacer un programa más económico que puedan administrar, sin tener que depender de agencias como la Asociación del Suelo. Eso solamente puede ser beneficioso para el mercado en África y en general”, dijo Sorensen.

Según Organic Monitor, hay más de 400 estándares orgánicos nacionales y privados compitiendo en el mercado mundial. “El gran tema es la incompatibilidad con las regulaciones de Estados Unidos y de la Unión Europea”, dijo Sahota.

“Muchos productores certificados según el estándar estadounidense no son reconocidos en Europa y viceversa. Éstos son los dos principales estándares, pero todavía hay incompatibilidades. Han hablado sobre armonización durante años, pero pasarán algunos más antes de que lleguen a un acuerdo”, explicó.

Mientras, cada vez más africanos eligen los productos orgánicos por sobre los cultivados de modo convencional. “El consumo local crece en Uganda y Kenia, con mercados y comercios de agricultores, como el de Nogamu, en Kampala”, dijo Sorensen.

“Es inexacto decir que son solamente los ricos quienes compran productos orgánicos. Ya sea en Uganda o en Gran Bretaña, la gente compra orgánicos principalmente por motivos de salud”, aseguró.

Las ventas del comercio de Nogamu, que recibe la producción de 100 grupos de pequeños productores rurales, aumentaron de 1,142 dólares mensuales en 2002 a 2,571 dólares mensuales hoy. Y están abriendo más, dijo Derrick Tenywa, del Movimiento Ugandés de Agricultura Orgánica.

Tenywa dio la bienvenida al estándar del oriente africano. “Facilita el trabajo para que los productores apunten tanto al mercado regional como a otros. Si los estándares orgánicos se introducen en los supermercados keniatas, y en Uganda o Tanzania, podemos intercambiar lo que cada uno no produce”, sostuvo.

Articulista: Sue Scott

Fuente: IPS

Comentarios

comentarios

Siguenos!

Países que nos están viendo


Suscribete al Boletin