Agroindustria

Organización para producir y comercializar mejor

Uno de los grandes males que ha contribuido a colocar el café mexicano en una difícil situación, además de la falta de planeación, los insuficientes programas institucionales y un Consejo Mexicano del Café (CMC) desarticulado de los productores y sin recursos para promover el consumo interno del café, es la desorganización de los caficultores.

Sin embargo, en contraste con la incapacidad gubernamental de operar verdaderos programas de fomento a la cafeticultura para hacer frente a la caída internacional de los precios, algunas organizaciones han demostrado que hay caminos para sacar avante este cultivo.

La organización es precisamente la fuerza que cohesiona y da sentido a la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI), que ha logrado comercializar eficientemente su café y obtener un precio justo.

Hoy en día UCIRI cuenta con 8,561 hectáreas de café orgánico con rendimiento promedio de 6.5 quintales. Su producción orgánica abarca 84 por ciento de la superficie trabajada, mientras que el resto está en etapa de transición.

Su nivel de organización, el establecimiento de alianzas estratégicas y comerciales, han posibilitado que UCIRI exporte 90 por ciento de su café como orgánico y lo haya colocado en el mercado justo, en Europa principalmente.

El cultivo de café en la región del istmo data de hace aproximadamente 100 años, pero los problemas de comercialización fueron constantes durante mucho tiempo.

Por ello, en 1976 un equipo de misioneros de la parroquia de Guienagati y Diócesis de Tehuantepec comenzó a reflexionar sobre la problemática del café y en 1981 se realizó una reunión de análisis de la situación cafetalera en la región. Finalmente, para 1983 se constituyó la UCIRI con cinco comunidades, no sin la oposición de intermediarios y algunos funcionarios que veían amenazada su forma tradicional de obtener ganancias a costa de los productores.

Además de mejorar las fases productivas y consolidar la comercialización del café, otro de los objetivos de la organización consiste en mantener un equilibrio entre agricultura y medio ambiente.

Debido a que muchas veces los productores centraron sus ingresos en el cultivo del café y a que en los últimos años ha registrado fuertes vaivenes en su precio, la UCIRI impulsa la diversificación de cultivos como maíz, frijol, verduras y frutales, además de productos exóticos como maracuyá y zarzamora.

Un aspecto muy importante de la organización es que busca los mayores beneficios no sólo para sus asociados, sino también para la comunidad donde desarrolla su cultivo, por lo que aplica programas sociales encaminados a contar con mejores medios de transporte, atender problemas de salud y educación, así como impulsar el desarrollo de las mujeres con proyectos de aves de traspatio, programa de abasto comunitario y viveros.

La UCIRI ha desarrollado una escuela para la formación de jóvenes, técnicos orgánicos, que trabajen en la promoción y capacitación de técnicas alternativas para la producción.

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