Agroindustria

Piden integrar la producción de biocombustibles en la seguridad alimentaria

El Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) de la FAO emitió un informe en el que pide que “el desarrollo de los biocombustibles y las políticas conexas sean coherentes con el objetivo de erradicar el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición”

Roma.─ El Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) emitió un informe en el que pide que “el desarrollo de los biocombustibles y las políticas conexas sean coherentes con el objetivo de erradicar el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición”.

El informe se presentó en el 40º periodo de sesiones del CSA, celebrado del 7 al 11 de octubre en Roma. Consta de 14 medidas encaminadas a obtener, entre otros logros, una mayor atención a la participación de las mujeres y los pequeños productores en el desarrollo de los biocombustibles.

No es la primera vez que desde la FAO se exhorta a gobiernos, empresas y organismos internacionales a tener en cuenta las perspectivas de género y a los pequeños agricultores en el desarrollo de los biocombustibles, sean sólidos, líquidos o gaseosos. El ejemplo más reciente es el informe Los biocombustibles y el reto de la sostenibilidad, en el que cuestionaba los actuales esquemas de certificación de la sostenibilidad por excluir a los pequeños campesinos. Más recorrido tienen los trabajos que relacionan bioenergía con seguridad alimentaria, que cuenta con un catálogo de buenas prácticas dentro del programa Bioenergy and Food Security Criteria and Indicators.

La pasada semana, durante su 40º periodo de sesiones, el CSA profundizó en esta materia con la aprobación de un documento que contiene 14 medidas concretas. De entrada se destaca que la energía y la seguridad alimentaria están estrechamente relacionadas y se reconoce el desafío que supone alcanzar tanto la seguridad alimentaria como la energética tomando en consideración las cuatro dimensiones de la primera: disponibilidad, acceso, estabilidad y utilización. Reconoce igualmente que “el desarrollo de los biocombustibles conlleva tanto oportunidades como riesgos en los ámbitos económico, social y ambiental que dependen del contexto y de las prácticas”.

A partir de aquí subrayan que la seguridad alimentaria y el derecho a la alimentación deberían ser preocupaciones prioritarias al diseñar las políticas y las actividades relativas a los biocombustibles y que las mujeres y los pequeños productores son indispensables para dicha seguridad. Para ello plantean la adopción de 14 medidas. Las primeras ocho están destinadas a mejorar esa integración de las políticas e iniciativas relativas a los biocombustibles y la seguridad alimentaria.

Aparte de medidas referidas a comunicación, intercambio de información y coordinación de actuaciones entre todas las partes concernidas, se solicita revisar las políticas de biocombustibles donde sea necesario teniendo en cuenta “evaluaciones científicas equilibradas de las oportunidades y los retos que pueden brindar o plantear para la seguridad alimentaria, de modo que se produzcan allí donde ello sea viable desde el punto de vista social, económico y ambiental”. Otra medida es “elaborar instrumentos de gestión del riesgo, por ejemplo para reducir los efectos de las crisis de los precios”.

Fuente: Agencias

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