Agroindustria

Prácticas sencillas de almacenamiento para conservar cosechas

Los productores de México pierden al menos el 25 por ciento de la cosecha de granos debido a la falta de infraestructura y técnicas adecuadas de almacenamiento, cifra que está por encima del promedio mundial que es del orden del 10 por ciento.

Una idea generalizada es que se debe contar con alta infraestructura para la conservación de granos –a la que tienen acceso las empresas más desarrolladas–; sin embargo, con prácticas sencillas los pequeños productores pueden evitar grandes pérdidas.

José Orlando Ramayo, catedrático de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), asegura que dos factores son importantes para la conservación de los granos: controlar la temperatura y la humedad. Para esto no es necesario contar con alta tecnología, sino difundir el conocimiento a los productores, en especial a los pequeños que son quienes registran las más altas pérdidas en relación con lo que producen.

El especialista, quien imparte la materia de tecnología de granos y semillas en la UACh, menciona que es muy sencillo enseñar a los productores cómo deben almacenar su producto, el cual debe estar limpio y seco, libre de impurezas, sellar el lugar de almacenamiento para que no se introduzcan bacterias, roedores y no se generen hongos.

En ocasiones el sistema que venían utilizando no resulta inadecuado pero no tienen un conocimiento pleno de lo que les está afectando, desconocen qué insecto es el que perjudica a sus semillas.

Los pequeños productores no tienen infraestructura, y muchas veces ni siquiera saben cómo manejar su cosecha, ya que una regla es mantener el producto seco, limpio y aislado para que no entre ningún roedor ni insecto al lugar donde se almacena. Lo ideal es tener un lugar donde pueda controlar el medio ambiente, pero eso requiere inversión.

Para los medianos productores hay silos metálicos que ya se encuentran en el mercado. En el caso de los grandes productores hay silos gigantescos que tiene ductos de ventilación y recirculan el aire, cuando detectan alguna plaga pueden aplicar un fumigante y el sistema se encarga de recircular el aire.

En el caso de los pequeños agricultores se pueden emplear tambos de plástico –cuyo costo es bajo– para mejorar en forma significativa los daños que ocasiona un mal almacenamiento de cosechas. Estos depósitos tienen una capacidad aproximada de 200 kilos y tienen la ventaja de que son apilables, lo que ahorra espacio. Un aspecto importante es dejar un espacio de cinco a siete centímetros entre el llenado y la tapa del tambo, donde se coloca un cabo de vela y se cierra. De esta manera se consume el oxígeno, se genera bióxido de carbono y mantiene en letargo de la semilla, la cual debe estar totalmente limpia y seca.

Si se ayuda al pequeño productor podrá conservar el producto que generalmente desechaba.

El especialista recuerda que los conos que construyó Buroconsa para almacenar cosechas eran de piedra y cemento, pero fueron una mala copia de Egipto, ya que el cemento se calienta. Ahora ya no se utilizan como almacén; el adobe, en cambio, sí sirve para conservar granos bien secos.

Ramayo consideró que debe hacerse transparente la información para los productores, se les debe enseñar cómo mejorar su actividad agrícola, no sólo en teoría, tiene que llevarse a la práctica para que puedan comparar los resultados. Es necesario organizar una estrategia integral, ya que por la magnitud del país no se puede divulgar algo sólo por medio de un folleto o revista.

Enemigos de las cosechas

Los organismos que más afectan las cosechas son los insectos, roedores y hongos.

Un problema es la diseminación de insectos porque se transporta grano de norte a sur y los insectos se adaptan a otros climas. Pero los moscos no pueden vivir en lugares secos.

El problema más común para los granos es la palomilla dorada (Sitotroga cerealella). Su larva afecta al grano y el adulto tiene la capacidad de morder semillas enteras.
Entre los picudos (Sitophilus oryzae), la hembra hace un agujero en el grano, coloca su huevecillo y lo tapa, lo cual lo hace aparecer libre de cualquier invasión, pero cuando sale la larva se come todo; los adultos también se alimentan de los granos.

Otra especie es la conocida como barrenador mayor de los granos (Prostephanus truncatus), que tiene la capacidad de perforar madera de lado a lado. Una característica de su presencia es el polvo que deja a su alrededor. Es muy devastador porque no sólo come lo que necesita, sino también destruye. Todos estos son insectos primarios, porque tienen la capacidad de perforar a una semilla entera.

Es una plaga típica del maíz, cuyos granos son atacados antes y después de la cosecha. También es capaz de atacar trigo blando, yuca seca y madera.

El pequeño barrenador de los granos (Rhyzo-pertha dominica) se encuentra en el noreste del país, es perforador de granos, le gustan los cereales y prefiere los climas templados.

Los insectos secundarios no tienen la capacidad de perforar, se comen las semillas partidas, tal es el caso de la palomilla gris y el gorgojo rojo (Tribolium castasneum).

Los hongos proliferan donde hay humedad, entre ellos están penicillium, fusarium, aspergillus flavus (que produce las aflatoxinas). Cuando el grano se infesta por hongo se disemina rápidamente. Hay ocasiones en que en un solo día se disemina el hongo a toda la cosecha almacenada. Si la semilla está húmeda y se pasa a la secadora después de 24 horas, se contamina, por lo que requerirá de aire y de baja temperatura, lo cual impide la generación de hongos, ya después se puede enviar a la secadora.

En el caso de los roedores, son los ratones y ratas las más comunes, éstas últimas comen, destruyen y contaminan, ya que cuando consumen defecan y orinan, lo que implica riesgo de salud para los consumidores.

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