Agroindustria

Producción alimentaria, usuaria intensiva de energía

La cadena de suministro depende de tecnologías de alto consumo

De la mano del crecimiento de la población, de la caída de las barreras arancelarias y de una cadena de suministro más compleja, el consumo de energía que implica la industria alimentaria ha venido subiendo en los últimos años. ¿Hay opciones? ¿Qué tanta responsabilidad tienen la industria y el consumidor?

El informe Fuel for Food: Energy Use in the U.S. Food System, del Economic Research Service (ERS) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) concluyó que mientras que el consumo de energía per cápita se cayó 1 por ciento entre 2002 y 2007, el uso de energía relacionada con los alimentos creció casi 8 por ciento.

Lo anterior es una consecuencia de la creciente dependencia de las energías de alto consumo para producir más alimentos para más gente.

Según el informe que midió el consumo energético de la maquinaria pesada y doméstica, en 2007 el sistema alimentario representó casi 16 por ciento del presupuesto total de energía del país.

Estados Unidos ha creado un sistema alimentario altamente globalizado que depende en gran medida de la energía fósil. Depender de estas materias primas y productos importados hace bastante vulnerable ante los efectos de eventuales disrupciones en la cadena de suministro.

El desperdicio va de la mano al aumento de la población

Esta dependencia es particularmente incoherente si se tiene en cuenta que ciertas regiones de Estados Unidos tienen un alto potencial para la producción de alimentos porque en estos casos no se están valorando ni la riqueza del suelo ni el impacto ambiental del suministro de alimentos importados.

Las consecuencias ambientales de depender tan fuertemente de una red nacional e internacional de proveedores, es enorme. La producción y distribución de alimentos es una fuente importante de emisiones de gases de invernadero. El consumo de energía de los hogares por cuenta del transporte y del almacenamiento de alimentos alcanza las 8.1 toneladas de dióxido de carbono (CO2) por año.

Una de las razones que explica el rápido crecimiento del uso de energía en el sistema alimentario es el aumento de la población que es necesario alimentar.

Por otro lado, el gasto en la producción de alimentos también ha venido creciendo porque en este proceso se está recurriendo más a la tecnología de consumo intensivo de energía que a la mano de obra humana.

Dos opciones para reducir el consumo de energía en la cadena de suministro del sistema alimentario son la sustitución de los electrodomésticos por herramientas manuales y la promoción del consumo de víveres producidos en el entorno local.

Fuente: ClubDarwin.net

Comentarios

comentarios

Siguenos!

Países que nos están viendo


Suscribete al Boletin