Agroindustria

Producción y comercio de semillas en México

La producción de semillas en México está en manos del sector privado, tanto nacional como internacional, que participa con el 94 por ciento del mercado, en tanto que el sector público mantiene el 6 por ciento.

Entre una treintena de empresas que tienen mayor presencia en el sector semillero, destacan Agroproductos Monsanto, Syngenta Seeds, Sakata Seed de México, Semillas Berentsen, Ahern Internacional de México, Bio Internacional Genética de Semillas, Bonnita Seed, Red Gold Seeds, Mar Seed Company, Semillas Conlee Mexicana, Semillas del Río Colorado, Semillas Mejoradas de México y Semillas Western.

De acuerdo con un estudio de Alma Velia Ayala Garay y Rita Schwentesius Rindermann, especialistas del Centro de Investigaciones Económicas, Sociales y Tecnológicas de la Agroindustria y la Agricultura Mundial (CIESTAAM), sólo 12 por ciento de las empresas son de origen extranjero, pero éstas predominan en el mercado de semillas al administrar más del 90 por ciento del capital que se maneja en el país por este concepto al año.

La producción la efectúan 377 productores, principalmente de Guanajuato, Tamaulipas, Sonora y Sinaloa, donde participan tanto la iniciativa privada como el sector social, incluidas asociaciones de productores. Por parte del gobierno, la semilla original la producen el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Colegio de Postgraduados, Universidad Autónoma Chapingo, Universidad Antonio Narro y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt), y los sectores privado, público y social son los encargados de multiplicarla, distribuirla y venderla.
Las investigadoras del CIESTAAM puntualizan que la iniciativa privada está formada por grandes empresas que hacen investigación, producción, distribución y venta. Para multiplicar la semilla, las compañías con frecuencia se apoyan de agricultores selectos.

De acuerdo con datos del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS), la producción se concentra principalmente en trigo, papa, maíz, cebada, y después en sorgo, frijol y arroz.

En 2005 se produjeron poco más de 255,700 toneladas de materia prima semilla certificada. Destacan los cultivos de maíz con 53,450 toneladas, que cubre 38.65 por ciento de la superficie sembrada; trigo con 60,612 toneladas, con una cobertura del 77.38 por ciento de la superficie comercial sembrada; papa con casi 58,702 toneladas para una cobertura de 20 por ciento de la superficie sembrada; avena con más de 28 mil toneladas, para cubrir un 39 por ciento, y cebada con 14,334 toneladas, con una superficie de 47 por ciento; frijol con una producción de 3,629, para cubrir el 3.45 por ciento de la superficie cosechada.

Ventas

Con la crisis de Productora Nacional de Semillas (Pronase), que se inició en 1989, cuando el gobierno abrió el mercado de semillas a la iniciativa privada y los recortes fiscales, las ventas disminuyeron 5 por ciento anual en promedio durante 1991 y 2002.
El estudio del CIESTAAM indica que 18 por ciento de las empresas operan desde hace más de 20 años en la producción y comercialización de semillas; 18 por ciento inició su actividad hace menos de 20 años y el 64 por ciento restante empezó a operar a partir de 1992. Esto demuestra lo joven que es la industria nacional de semillas.
También es una muestra de cómo respondió el sector privado de semillas a los cambios de política en la última década del milenio pasado. Por un lado, las grandes empresas multinacionales se aglutinan en unas cuantas; por otro, un gran número de pequeñas empresas nacionales surgen, como una respuesta a los requerimientos de semillas en aquellas regiones en las que la empresa paraestatal había venido ocupando un importante espacio de mercado que, en gran parte, fue captado por las firmas que contaban con mayor capacidad e infraestructura disponible.
En lo referente a la participación de las empresas en el comercio internacional, 39 por ciento lo realizan, de las cuales 80 por ciento son importadoras y 20 por ciento exportadoras de semillas.

La semilla legislativa

En 2001 inició el proceso de liquidación de Pronase. El 4 de diciembre de 2002, el presidente presentó la iniciativa con proyecto de decreto por el que se derogan diversos artículos de la Ley sobre Producción, Certificación y Comercio de Semillas, y se ordena la liquidación de dicho organismo público descentralizado. La iniciativa fue turnada a la Comisión de Agricultura y Ganadería. Sin esperar a que la Cámara de Disputados formalizara la desaparición de Pronase el gobierno inició desde 2002 la venta, donación y entrega de plantas, almacenes, campos de cultivo y producción de semillas.
Las justificaciones esenciales que se esgrimieron en el decreto para la extinción de Pronase señalaban que el organismo cumplió con el objeto para el cual fue creado, su obsoleto funcionamiento, su incapacidad para alcanzar la autosuficiencia financiera y la baja en sus ventas.
La creación de esta entidad, en 1960, tenía el propósito de que el Estado interviniera de manera directa en la producción, distribución y comercio de semillas. Sin embargo, en 1991 se transformó en una autoridad eminentemente reguladora.
La iniciativa de Ley de Semillas está en proceso de revisión, que inició en diciembre de 2004. Se han elaborado comentarios y opiniones técnicas, además de haber atendido reuniones con diversas dependencias, representantes de empresas productoras y legisladores.
El planteamiento central es que se convierta en Promotora Nacional de Semillas Mexicanas (Pronaseme) como un organismo impulsor de un sistema nacional de protección, preservación, regulación y fomento de la producción de las semillas. La ley reorienta la operación de Pronase y establece modificaciones profundas para actuar, con nuevas formas de responsabilidad compartida, en el sector privado, en los centros de investigación y con los productores.
La propuesta legislativa reconoce el papel indispensable de las comunidades campesinas e indígenas en la protección y mejoramiento de la agrobiodiversidad; admite la trascendencia de sistemas y prácticas agrícolas tradicionales en la preservación, mejoramiento y abasto de semillas; impulsa las funciones de preservación, disponibilidad y regulación del mercado de semillas mediante tareas que incluyen reservas ex situ de germoplasma, investigación sobre conservación, fomento y regulación de la promoción, entre otros aspectos.
El principal punto de conflicto en el sector lo constituye la creación de la Pronaseme, impugnada al considerar innecesario el establecimiento de nuevas estructuras burocráticas que dificulten el contacto entre la investigación oficial y las entidades productoras o de transferencia de tecnologías, o que puedan constituirse en juez y parte del proceso de producción y comercio de semillas.
Hasta ahora la propuesta es que el SNICS asuma las acciones de fomento y promoción, lo que implicaría su fortalecimiento. Los puntos aún en discusión son el objeto de la ley y la creación de la Pronaseme, así como las opciones para la regulación técnica objeto de la ley.

Fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas (Foda)

De acuerdo con el análisis Foda realizado por el CIESTAAM, entre las fortalezas del sector semillero están la diversidad genética de país, centro de origen de diversas especies y la existencia de instituciones como el SNICS, la Asociación Mexicana de Semilleros AC (Amsac) que forman parte del mercado de semillas.
En el área de oportunidades se encuentran la inversión en programas de producción de semillas y por parte de los productores y nuevas empresas semilleras, las alianzas estratégicas con instituciones como el SNICS. Además está la necesidad de diversificar la producción de avena, arroz, cebada y el fortalecimiento del mercado local.
Las debilidades son: la ausencia de un organismo regulador de mercado; la ley de semillas que data
de 1991 y no protege las especies nativas; la falta de información de mercado; la concentración del mercado de semillas en manos de empresas transnacionales; la concentración de la producción de semillas en unas cuantas especies; la caída de la producción de semillas que refleja el menor uso de éstas por parte de los productores; la no integración de todas las instituciones investigadoras, el SNICS y empresas privadas, que permita mejorar el uso y distribución de semillas.
La principal amenaza para el sector de semillas es la incertidumbre financiera por inestabilidad económica del país.

Perspectivas

El sector agrícola demanda mecanismos de seguimiento de la calidad de la semilla que se oferta en las distintas regiones agrícolas del país; de lo contrario se seguirá siendo condescendiente de la falta de semilla que se ofrece en el mercado, con el pleno conocimiento de los órganos normativos, que imposibilitados por la escasez de recursos se ven limitados para tomar medidas pertinentes para elevar la calidad de las semillas y consecuentemente la productividad agrícola. Esto podría evitar fuertes pérdidas económicas a los productores y a la economía agrícola nacional.
Por ello, se propone aplicar mecanismos de apoyo al comercio de semilla, con la finalidad de apoyar al productor y distribuidor.
Hoy no se cuenta con un sistema de captación y sistematización de información de la semilla comercializada, por lo cual es necesario organizar un mecanismo en el que participen los comercializadores de semilla y los organismos oficiales inscritos dentro del Consejo Municipal de Desarrollo Rural Sustentable a fin de que sean captados los volúmenes de semilla comercializada para brindar al productor de semillas una base muy valiosa que le permitirá tomar decisiones precisas y seguras en cuanto a la identificación de nichos de mercado potenciales, volúmenes requeridos en la producción, tipo de materiales genéticos que deberán desarrollarse o especies con las cuales trabajar.
Por otro lado, se requiere alentar a los productores para que inicien programas de producción de semillas para pequeños agricultores, que les permitan hacerla llegar a precios accesibles y con la oportunidad y precios acordes con las condiciones de cada región, y con ello favorecer el desarrollo en regiones en las que los productores no cuentan con las condiciones agroclimatológicas, edáficas, ni con recursos financieros que les permitan disponer de tecnologías más avanzadas.
Es necesario contar con un servicio de certificación de la calidad de la semilla con autonomía financiera, a fin de que no se vea limitado por la burocracia, que con mucha frecuencia entorpece el trabajo y no permite atender oportunamente las actividades agrícolas que por lo general obedecen a ciclos biológicos que no se detienen, por lo que en muchas ocasiones no es posible obtener resultados favorables en cuanto a la calidad de semilla.

Las semillas en México

• La producción se realiza fundamentalmente en Sonora, Sinaloa y Guanajuato.
• Al 30 de julio de 2005, existían 2,216 comercios de semillas. Destacan por su número Chihuahua (4%), Guanajuato (7%), Michoacán (8%), Tamaulipas (8%), Sonora (10%) y Sinaloa (11%).
• Beneficiadores: 177 registrados ante el SNICS y ubicados principalmente en la zona noreste.
• Importadores: 111 registrados en el SNICS y ubicados principalmente en: Sonora, Jalisco, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León. Las importaciones de semillas de hortalizas se concentran en tomate, brócoli, calabaza, pepino y chile.
• Exportadores: 44 registrados ante el SNICS y ubicados principalmente en Sonora, Jalisco, Zona Noreste y Sinaloa. Las exportaciones de semilla de hortalizas han variado de 270 t, a 513 t, durante el periodo 1993-1996. Se dirigen fundamentalmente a Estados Unidos.
• Comercializadores: 886 registrados ante el SNICS y ubicados principalmente en Sinaloa, Michoacán, Sonora y Tamaulipas.
• Distribuidores: 354 ubicados principalmente en Guanajuato, Tamaulipas y Sinaloa.
• Almacenadores: 267 ubicados principalmente en Michoacán y Sonora.
• Certificadores: 75 registrados ante el SNICS y ubicados principalmente en Coahuila.
• Los principales compradores de semillas certificadas son: Guanajuato, Sinaloa, Michoacán, Tamaulipas y Sonora.

Gigantes semilleros en el mundo

Diez grandes corporaciones semilleras controlan aproximadamente la tercera parte del comercio mundial de granos, valuado en 23 mil millones de dólares.
Cinco empresas dominan 74 por ciento del mercado, Syngenta, Aventis, Monsanto, Dupont y Dow. Entre 1996 y 1997, Monsanto invirtió dos mil millones de dólares para obtener el control de semillas. Las inversiones en 1998, que llegaron a 4,300 millones de dólares, lo consolidaron como el gigante transnacional en el sector de semillas en el mundo.

Comentarios

comentarios

Siguenos!

Países que nos están viendo


Suscribete al Boletin