Agroindustria

Reduce siembra directa uso de agua

La esencia de este sistema de producción está en el uso y manejo de los residuos de la cosecha anterior, de tal forma que cubra al menos 30 por ciento de la superficie del suelo (mantillo), con la menor remoción posible de la parcela.

De acuerdo con información de la Asociación para la Agricultura Sostenible en base a Siembra Directa (Asosid), los rastrojos protegen al suelo del impacto de las gotas de lluvia, cuya fuerza golpea la superficie y separa las partículas que forman los agregados. Estas partículas se depositan en los poros de la superficie del suelo y obstruyen la entrada de agua formando una capa de tierra impermeable que disminuye drásticamente la infiltración del agua.

En la siembra directa las gotas de lluvia caen sobre el rastrojo en vez de hacerlo sobre el suelo, con ello disminuye considerablemente el escurrimiento del agua y la erosión del suelo.

Al mejorar la porosidad del suelo con el sistema de siembra directa, los suelos presentan mayor infiltración de agua, menor evaporación, mejor retención de la humedad y mayor disponibilidad de agua para el cultivo.

La experiencia en Guanajuato

En Guanajuato, donde hay una sobreexplotación de acuíferos, con labranza de conservación y siembra directa se ha logrado ahorro de agua de hasta 1,500 metros cúbicos por hectárea, además se evita la contaminación del aire al eliminar la quema de rastrojos, y del suelo y los mantos acuíferos causada por la aplicación de agroquímicos y fertilizantes.

De acuerdo con información oficial, dentro del ciclo otoño-invierno 2004, en Guanajuato se produjeron 800 mil toneladas de paja, de las cuales más del 30 por ciento se quemaron de forma intencional.

La reducción en la lámina de riego a aplicar es de un 30 por ciento, y ello permite que los esquilmos se reutilicen para la alimentación animal, procesos agroindustriales y también existe la posibilidad de leños artificiales.

Ventajas de la labranza de conservación:

1) Reduce la erosión. El mantillo que cubre la superficie del suelo lo protege del impacto de las gotas de lluvia, reduciendo de esta manera en algunos casos hasta cero el proceso de erosión.

2) Aumenta la infiltración. La presencia de rastrojos sobre la superficie (dos toneladas como mínimo) permite que el agua se infiltre y esté disponible para cubrir las necesidades hídricas del cultivo en etapas críticas de desarrollo, reduciendo la pérdida de agua por evaporación.

3) Conserva la humedad. Al estar cubierto el suelo con el mantillo, los rayos del sol se reflejan evitando que lleguen a la superficie, con lo cual la humedad se conserva más tiempo. Por el mismo efecto, la temperatura del suelo es menor que en la superficie desnuda.

4) Mejora control de malezas. No se remueve el suelo, por lo que las semillas enterradas no germinan y la población de las semillas en condiciones de germinación se reduce paulatinamente. Por otro lado, el mantillo sombrea la superficie, por lo que no se presentan las condiciones para la germinación de estas semillas.

5) Aumenta materia orgánica. Los rastrojos sobre el suelo le dan al agricultor una oportunidad para incrementar a mediano plazo el contenido de materia orgánica del predio y hacerlo más productivo a un costo bajo por el hecho de devolverle a la tierra un gran porcentaje de los elementos que son extraídos por los cultivos.

6) Reduce trabajo. En el caso del agricultor, reduce el trabajo, el tiempo y la energía agrícola; hay menos desgaste de tractores, en consecuencia menos gastos en reparaciones; las cosechas aumentan gradualmente al reducirse cada vez más el consumo de insumos y se elevan las ganancias.

7) Beneficia el medio ambiente. Este sistema de cultivo hace más constante la corriente de los ríos y se restablecen los pozos secos, gracias a una mejor absorción de la lluvia; el agua es más limpia debido a que hay menor erosión e inundaciones, y las contingencias meteorológicas extremas producen repercusiones menores (huracanes o sequías).

La labranza de conservación y la siembra directa permiten un ahorro en el consumo del agua de riego agrícola de hasta 40 por ciento, una disminución del tiempo y trabajo invertidos en la parcela, además de mejorar los suelos, lo que se traduce en una reducción de costos de producción del 20 al 30 por ciento

Hay que saber que:

• En México la labranza de conservación es una necesidad tecnológica, ya que más de 60 por ciento de nuestro territorio sufre diversos grados de desertificación que van de moderado a severo.

• El país pierde anualmente 530 millones de toneladas de suelo por erosión, según autoridades ambientales. Otras investigaciones refieren que la pérdida de suelo por ciclo agrícola llega a ser de 27 kilogramos de suelo por kilogramo de maíz grano en la región de los Tuxtlas en Veracruz, bajo sistemas tradicionales de producción.

• Con la técnica de conservación, los agricultores dejan los restos de los cultivos en la tierra después de la cosecha, en vez de ararlos o quemarlos. Siembran nuevos cultivos con aperos especialmente diseñados, que introducen las semillas por un hueco abierto en el suelo, por debajo de la capa protectora de materia orgánica formada de residuos en descomposición.

• La labranza de conservación no es únicamente sembrar sin remover el suelo, no es tampoco un paquete tecnológico; es todo un sistema de producción que convierte en un arte el uso y manejo del mantillo (vivo o muerto) sobre la superficie del suelo.

• La labranza mínima, que consiste en un menor número de pasos de maquinaria, puede ser de conservación si contempla una cantidad suficiente de residuos. Asimismo la labranza cero, que no requiere más que la labor de siembra en forma manual o mecanizada, podrá ser de conservación si cuenta también con el suficiente mantillo en la superficie.

Para hacer labranza de conservación se requiere:

• Eliminar las compactaciones (piso de arado y rastra con un subsuelo).

• Corregir el pH.

• Eliminar malezas perennes (zacate grama o johnson).

• Mantener rastrojos en por lo menos 30 por ciento de la superficie (2.0 toneladas como mínimo).

• Usar y manejar herbicidas en forma adecuada (no por el hecho de no mover el suelo se tiene que usar mayor cantidad).

• Fertilización balanceada (N-P-K-S).

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