Agroindustria

Reino Unido penaliza al aceite de oliva, los frutos secos y la carne porque ‘engordan’

Utiliza unos ‘semáforos’ en sus tiendas advirtiendo de que su consumo es perjudicial

Reino Unido.─ Desde verano, los establecimientos del Reino Unido han instalado unos semáforos sobre los productos alimenticios que revelan si son o no perjudiciales para la salud, en especial en el tema de la obesidad. Esta decisión ha sido diseñada por la Agencia de Seguridad Alimentaria (FSA, por sus siglas en inglés) que ha elaborado una guía para ayudar a los consumidores a lograr un “mejor equilibrio” en su dieta.

El problema radica en que entre los sancionados como el rojo de peligro se incluye al aceite de oliva, los frutos secos o la carne, lo que ha provocado el enfado de los productores españoles, que consideran que estos productos no son peligrosos en sí mismos, sino que forma parte de una dieta más amplia y que tienen otras ventajas nutricionales al margen de que puedan engordar o no.

Las autoridades británicas sobre el rojo sostiene que “está bien consumir el producto ocasionalmente o por placer, pero piensa con qué frecuencia lo eliges y cuánto de él comes”. El ámbar es una buena decisión, pero para la FSA la “elección más sana” es la del producto que luzca el verde. El sistema no se aplica al producto final sino a cada uno de sus nutrientes, por lo que es el consumidor el que debe evaluar qué alimento se aproxima más al verde.

El sistema del semáforo, que debe estar en la parte frontal del producto, es voluntario, puesto que la actual normativa comunitaria no lo contempla. Sin embargo, según el Gobierno británico, las empresas que se han adherido al uso de la etiqueta comercializan más del 60% de la comida que se vende en Reino Unido.

Enfado español

Este sistema según el diario El País, no ha sentado nada bien a muchos sectores nacionales. Así, el secretario de la Asociación Nacional de Industria de la Carne de España (Anice), Miguel Huerta, critica que la iniciativa de Reino Unido es “aparentemente voluntaria”, pero que al final “acaba obligando a los operadores”.

“Tanto empresas británicas de distribución como fabricantes que no estaban de acuerdo con este sistema han acabado introduciéndolo”, denuncia. Huerta cree que el Gobierno británico debería haber acudido antes a las instituciones europeas “para estudiar el tema”.

Por su parte, la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) reivindica el contenido del reglamento comunitario y considera que “el modelo de información al consumidor en Europa tiene que ser objetivo, veraz, científicamente respaldado, fácilmente comprensible por el consumidor y armonizado entre los Estados miembros”. La entidad apuesta por el modelo CDO, al contar “con el respaldo de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria” y “contextualizar el alimento en el marco de una dieta global”.

Fuente: Agroinformación / elpais.com

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