Agroindustria

Sequía deja endeudamiento e inseguridad alimentaria en el Bajo Balsas

Científicos de la UNAM advierten la peor sequía de los últimos 50 años en el Bajo Balsas

sequia-endeudaMorelia, Mich. (México).— Endeudamiento de campesinos y el riesgo de la seguridad alimentaria para miles de habitantes son los efectos sustantivos de la que ha sido considerada por científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) “la peor sequía de los últimos 50 años” en el Bajo Balsas, de la que se espera su fase más severa y para cuyo monitoreo se llevó a cabo la tercera reunión intersectorial.

Durante el citado encuentro, celebrado este fin de semana en el municipio de La Huacana, científicos, miembros de la asociación Grupo Balsas y ejidatarios revisaron, junto con autoridades de los tres órdenes de gobierno, el impacto que ha generado el fenómeno de El Niño, cuyas consecuencias se prolongarán hasta el mes de noviembre.

Aunque los efectos de la sequía se extienden por buena parte del Bajo Balsas, el trabajo intersectorial se ha concentrado en los municipios de Churumuco y La Huacana, donde hay decenas de ejidos devastados por la contingencia que mantiene paralizada la producción pesquera, y ha dejado pérdidas totales en cultivos de maíz, jamaica, sorgo, ajonjolí y otros productos.

Ana Laura Burgos Tornadú, investigadora del Centro de Investigaciones de Geografía Ambiental de la UNAM, académica que desde hace dos décadas realiza estudios de la condición del agua en el Bajo Balsas, explicó que en el diagnóstico regional se detectó un nivel muy alto de endeudamiento de las familias campesinas, ante la falta de recursos económicos por la pérdida de cosechas.

En entrevista con Cambio de Michoacán, la académica comentó que el problema de endeudamiento será más crítico en el mes de mayo, cuando los campesinos deban invertir para subsanar los gastos de inicio de siembra en la región, por lo que señaló que es necesario prever acciones, como la búsqueda de esquemas de financiamiento con bajas tasas de interés, para iniciar la producción de 2016.

Como parte del monitoreo para diagnosticar el impacto de la contingencia destacó la prevalencia del riesgo de la seguridad alimentaria, y el “colapso” de los recursos agrícolas; además de que se identificaron problemas en la implementación de los proyectos de Seguridad Alimentaria (PESA), dado que no han tenido los resultados esperados en esta región.

Burgos Tornadú reconoció que dependencias que tienen competencia en el tema ya han volteado a atender la problemática; señaló que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y la Secretaría de Desarrollo Rural (Sedrua) evalúan las acciones que deberán seguirse para garantizar la óptima implementación de los programas que operan.

La académica señaló que las lluvias de invierno disminuyeron un poco la presión ambiental generada por la resequedad de los ecosistemas, y aumentaron el nivel de agua en fuentes de abasto comunitario, así como para el mantenimiento del ganado, lo que constituye un atenuante a la problemática que, sin embargo, apenas está por iniciar su parte más severa.

Fuente: Cambio de Michoacán, imagen

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