Agroindustria

Soporta sector cafetalero políticas anticampesinas

El sector cafetalero redujo su producción a la mitad, se alcanzan niveles más bajos de producción y exportación jamás vistos en más de un cuarto de siglo. Sagarpa convoca a los productores elaborar un programa innovador para el café

Ante la persistente crisis en el sector cafetalero, agudizada por la falta de mano de obra debido al aumento de la migración, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) propuso a los caficultores un pacto que contemple la autonomía financiera del sistema productor del grano, un nuevo enfoque estratégico para el desarrollo del mercado interno y un cambio en la relación entre la industria, productores y gobierno.

Desde la creación de una institución para atender la problemática del café, ha habido aciertos y descalabros, pero ahora se requiere una nueva visión para este sector productivo, sustentado en una estrategia que fomente la competitividad, la cual no debe limitarse sólo al entorno de la productividad, el mercado y los precios. Es un tema muy amplio y complejo que debemos empezar a discutir para llegar a acuerdos; estamos a tiempo para tener logros antes de que termine este gobierno, asentó la dependencia.

En un balance del sector que realizaron seis organizaciones de productores de café, se destaca que desde el inicio del año 2000 la producción se redujo a casi la mitad, y en el ciclo anterior fue de 3.5 millones de sacos, por lo que las exportaciones también bajaron a 1.9 millones de sacos, “son los niveles más bajos de producción y exportación que se habían visto en más de un cuarto de siglo. Ésta es una segunda crisis del sector —la primera la ubican a finales de la década de 1980, derivada de la volatilidad de los precios internacionales, devaluación del peso y la liberalización comercial— de bajos precios asociada con la migración masiva de los caficultores”.

Para el ciclo 2005-2006, abundaron, la producción se mantendrá en 3.8 millones de sacos, pues la mejoría de los precios no llevará a un aumento significativo de la cosecha, y el nivel de productividad se mantiene en siete quintales por hectárea, uno de los más bajos del mundo, además, las exportaciones se sostendrán en 1.9 millones de sacos.

Y mientras la Sagarpa sigue convocando a los productores a elaborar un programa de gran visión para el café, ya que los mercados de los “orgánicos” empiezan a saturarse y a estar muy competidos; a insistir en que deben buscarse alternativas de mercado para el grano, priorizar estrategias y buscar un diálogo constructivo con el Legislativo para que los programas y recursos respondan a esa nueva visión, los productores advirtieron que sin estabilidad ni niveles de ingreso que les permitan la recuperación de los costos, será muy difícil que se pueda reactivar significativamente la producción del grano.

El Consejo Nacional de Organizaciones de Productores de Café, la Confederación Mexicana de Productores de Café, la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras, la Unión General de Productores de Café, la Unión Nacional de Productores de Café de la Confederación Nacional Campesina y la Confederación Nacional de Propietarios Rurales destacaron que para una renovación profunda de la caficultura se necesitan procesos asociativos regionales más sólidos, agroindustrias, comercializadoras, financieras, organismos de préstamo y ahorro, instancias de capacitación y asistencia técnica y proyectos de diversificación.

Por su parte, Josefina Aranda, de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, destacó que a pesar de las “erráticas, descoordinadas, contradictorias y deficientes” políticas federales para la caficultura, los productores —66 por ciento son indígenas— han demostrado su enorme capacidad de aguante y que su lógica no es la búsqueda de ganancia sino de bienestar. Esos productores, cuya superficie promedio se redujo de 3.48 hectáreas a 1.38 hectáreas en casi tres décadas, localizados en las regiones de extrema pobreza, “han soportado un sinnúmero de políticas anticampesinas y han demostrado la viabilidad de su sistema campesino indígena de producción, pues han generado una respuesta social creativa e independiente”, y por ellos México sigue entre los primeros 10 lugares como productor de café en el ámbito mundial.

Fuente: La Jornada

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