Fue inventada en la década de los años 50 en Jalisco
La Salsa Valentina es ideal para acompañar cualquier comida sobre todo las papas fritas, la botana, la fruta, pero también comidas cotidianas como carne, pescado o pollo. Con una vez que la pruebes será suficiente para hacerte fan de ella y tener siempre en tu alacena una botella. ¿Pero a quién se le ocurrió la magnífica idea de crearla?
En Tamazula de Gordiano, Jalisco, había un hombre llamado Gilberto Reyna quien en la década de 1950 encantó a todos con una salsa original de él llamada “El Torito”, todos querían comerla. Manuel Maciel Méndez, un vendedor de hielo vio que la receta de Gilberto se había convertido en un éxito así que decidió imitarla, según informa el portal Unión Jalisco.
Utilizó sus propios ingredientes en cantidades distintas y creó su propia salsa, a la que llamó “Salsa Tamazula”, producto que más tarde se convirtió en el padre de la Salsa Valentina.
El que compartió la historia fue Manuel Maciel Sánchez, hijo del creador, quien junto con su hermano se dio a la tarea de acrecentar la producción. Actualmente se producen millones de litros que se comercializan en diferentes presentaciones, las cuales se venden en todo México y muchos que la conocen y se van a otros países se la llevan de contrabando.
En la década de los sesenta, la fábrica de Salsa Tamazula se instaló en Guadalajara, donde la expansión se hizo más notoria. Se empezó a dar a conocer por radio en la estación XEZEB donde solo pasaban música ranchera. La estación desapareció pero la salsa se hizo muy famosa. Luego se le cambió el nombre a Salsa Valentina.
Pese a que durante muchos años se dejó de producir la salsa en Tamazula, los pobladores la sienten de ellos, de hecho hay frases muy populares que le hacen mención: “En Tamazula las mujeres son tan dulces como su caña pero tan bravas como su salsa”, dicen los pobladores.
