Agroindustria

Ven fracaso en la agroindustria local

Las inversiones no dan resultados, lamenta consultor

ven-fracasoDurango, México.— De acuerdo con Roberto Delgado Gallegos, consultor de Mercados Agrícolas, mientras que, a escala nacional, la agroindustria alcanza un valor de 62 mil millones de dólares y representa el 5 por ciento del valor total del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, en Durango la actividad agroindustrial continúa estancada debido a la falta de planeación, mala administración y corrupción en el manejo de los recursos.

Para apoyar su dicho, ejemplificó que en Durango se han invertido más de mil millones de pesos en los últimos diez años en proyectos agroindustriales; sin embargo, lamentó, nunca se han concebido como proyectos bien planeados, competitivos y generadores de riqueza, y sólo se han convertido en pequeñas fábricas de ilusiones destinadas al fracaso.

Cabe señalar que la economía del estado, puntualizó el analista, depende en gran medida del sector primario; no obstante, subrayó, el valor de la producción es muy limitado debido a los bajos precios de los productos, por lo que la industrialización representa una buena opción para agregarle valor a la producción primaria y generar los empleos que tanto necesita esta entidad federativa.

Empero, advirtió, a pesar de la gran cantidad de recursos que se han invertido, la gran mayoría de los proyectos han fracasado. Ilustró que al respecto se han establecido desde empaques y cuartos fríos para agregarle valor al melón de la región lagunera, rastros para procesar cabritos, planta procesadora de carne (Ciudad Pecuaria), hasta plantas beneficiadoras de orégano y de frijol, deshidratadoras de chile, plantas procesadoras de mezcal, y todos tienen un común denominador: una mala administración y un alto grado de corrupción en la operación de los proyectos, además de la falta de planes de negocio y desconocimiento del mercado.

Delgado Gallegos resaltó que existe también una gran cantidad de recursos dispersos en otros proyectos como los invernaderos, donde tampoco se percibe una planeación de la producción, una certificación de la infraestructura y del personal técnico ni un conocimiento pleno del mercado, por lo que cada beneficiario produce lo que se le ocurre y al cabo de uno o dos años dejan abandonado el proyecto.

Fuente: El Siglo de Durango

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