En algún momento de nuestra vida hemos estado tan asustados o impresionados que no falta el consejo, bienintencionado, claro, de la mamá y la abuelita que recomiendan comernos un bolillo o cualquier otra pieza de pan blanco para evitar enfermarnos, “que pal susto”, dicen.
Un enojo o un susto producen adrenalina:
Cuando nos enojamos o asustamos, nuestro cuerpo libera adrenalina; además, el estómago produce más ácidos gástricos.
Algunas personas piensan que comer pan ayuda a disminuir la secreción gástrica o a recoger la bilis, pero… ¡nada es verdad!
Un mito muy arraigado:
En México, la expresión “cómete un bolillo para el susto” es extremadamente popular y quizá no haya quien la desconozca; sin embargo, es completamente falsa.
Según los especialistas, el pan blanco o el bolillo no ayudan a disminuir los ácidos del estómago o recoger la bilis luego de alguna fuerte impresión. Si comes o no pan después del susto, no pasará absolutamente nada en tu organismo.
Además, algunas personas incluso sostienen que comerlo ayuda a evitar que te dé diabetes, lo cual también es falso. ¿Por qué? Simplemente porque un susto no provoca la enfermedad.