Análisis

Defiende director de Certimex esquema de «comercio justo”

En la agricultura por contrato productor y consumidor pierden, dice Víctor Perezgrovas

defiendedirectorMÉXICO. — Para Víctor Perezgrovas, presidente de Certificadora Mexicana de Productos y Procesos Ecológicos (Certimex), el esquema comercial de agricultura por contrato le retira al campesino el poder de decisión sobre su tierra y no tiene futuro como opción comercial.

En cambio, la alternativa para los pequeños productores es el «comercio justo», movimiento promovido por organizaciones no gubernamentales, que en México involucra ya a 40 mil productores en 18 estados.

«Comercio justo es una forma diferente de relación comercial entre productores y consumidores. Cuando los precios internacionales y de referencia bajan, el comercio justo mantiene precios que le permiten al productor tener un mejor ingreso y mantenerse como productor campesino, situación que en el sistema actual ya no es posible», afirmó el directivo.

Dicha opción comercial busca que los campesinos se desarrollen en sus comunidades sin tener que ir a buscar trabajo a Estados Unidos, añadió.

En México existe la organización Comercio Justo, la cual impulsa el desarrollo y la comercialización de productos y servicios de los pequeños productores en beneficio de su desarrollo social, económico.

Según Perezgrovas, en el sistema de comercio justo hay 70 organizaciones campesinas y alrededor de 40 mil productores en 18 estados. La mayoría de los involucrados producen café.

Explicó que 20 por ciento de los productores están en el esquema de comercio justo y la meta ahora es incluir el maíz.

La idea es que a fines de este año o a principios del siguiente los productores dispongan de maíz en el mercado. «Maíz blanco, libre de transgénicos, porque es la base de la alimentación nacional», abundó.

Comercio Justo genera beneficios a los productores y a los consumidores, pues los productos son netamente orgánicos, añadió.

Ésas son las principales características que marcan la diferencia entre comercio justo y el esquema de «agricultura por contrato», en el cual una empresa proporciona a los agricultores insumos a cambio de derechos exclusivos para adquirir la cosecha.

Ese modelo «despersonaliza al campesino, le quita poder para decidir sobre su tierra y significa para el productor estar atenido a que en Nueva York o Londres se decida qué, cuándo y cómo sembrar, y a quién vender», dijo.

En el gobierno de Carlos Salinas de Gortari hubo intentos serios de agricultura por contrato, por ejemplo en Nuevo León, pero sin éxito, agregó.

Aunque ha tenido cierto auge en el Bajío con la producción de hortalizas para exportación, el sistema es insostenible, pues los productores utilizan agroquímicos, y «para nosotros no tiene futuro».

Según la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, empresas trasnacionales extranjeras y mexicanas tienen el control sobre 10 por ciento de los alimentos producidos en el país, que son cultivados bajo el esquema de agricultura por contrato.

Fuente: La Jornada

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