Análisis

Dupont, protección para el proceso de alimentos

Quienes se dedican al procesamiento de alimentos deben aplicar altos estándares de higiene, sanidad y control de calidad

Ciudad de México, 11 de agosto de 2022.— El procesamiento de alimentos abarca un sinnúmero de actividades para los trabajadores de la industria alimentaria, quienes tienen que mantener los estándares más altos en el control de calidad y la salud pública, los cuales alcanzan mediante lineamientos durante la manipulación, el tratamiento y la conservación de los productos para reducir al máximo los riesgos en la salud del consumidor.

Al mismo tiempo, mantener estos niveles de seguridad igualmente implica que el trabajador debe utilizar el equipo de protección personal (EPP) adecuado, no solo para protegerse de algún producto contaminado, sino también para que él mismo no lo contamine con algún microorganismo procedente de su propio cuerpo.

En ese sentido, los EPP en la producción de alimentos sin duda cumplen un doble propósito: proteger al trabajador y, también, garantizar la inocuidad de los productos que se manipulan en las diversas cadenas de producción.

Seguridad y prevención con el equipo de protección personal

Por más de tres décadas, las prendas hechas con DuPont™ Tyvek® y DuPont™ Tychem® no solo les han brindado seguridad a los trabajadores, también previenen la contaminación de los alimentos al contener desde el polvo o las esporas, hasta los parásitos y las bacterias que podrían transportarse de la vestimenta habitual del trabajador o de su mismo cuerpo.

Además, estas prendas garantizan la integridad física del trabajador contra cualquier peligro con sustancias químicas y, también, son una barrera para las partículas más finas que podrían contaminar los alimentos, lo que garantiza la integridad de los lineamientos de control de calidad tan esenciales en este sector.

Una industria clave en América Latina

De acuerdo con la Alianza Latinoamericana de Asociaciones de la Industria de Alimentos y Bebidas (ALAIAB), en Latinoamérica la industria alimentaria es uno de los sectores más productivos; representa casi el 4 por ciento del producto interno bruto (PIB) de la región y dentro de la producción manufacturera constituye casi el 40 por ciento, con más de 180 mil millones de dólares en exportaciones.

Su impacto económico es un pilar en la región. Según la Food Export Association of the Midwest USA, por ejemplo, en 2020 tan solo el procesamiento de alimentos en México generó 5.7 billones de dólares y en la industria ocupa la undécima posición mundial; en Chile, fue el segundo sector más importante del país en 2021, tan solo detrás de la minera, con un total de 12.8 billones de dólares.

Hace dos años, Colombia aumentó su número de exportaciones a Estados Unidos en un 10 por ciento, generando 807.2 millones de dólares. Otro caso es Perú, en donde el sector cubre 70 por ciento de la demanda del país y genera exportaciones por 9.4 billones de dólares.

Los países antes mencionados —y otros más como Argentina y Ecuador— viven ya una transición hacia sistemas sostenibles dentro de la industria, impulsada no solo por las nuevas tecnologías, sino también por la pandemia de covid-19, ya que hoy más que nunca los consumidores necesitan confiar en la industria alimentaria.

Un sector que emplea a más de 4.4 millones de trabajadores en América Latina debe de seguir protegiéndose con el EPP adecuado para salvaguardar su salud y seguir manteniendo los más altos estándares en el control de calidad de cada uno de sus productos.

Fotografía: DuPont

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