Análisis

El Cuerno de África padece la peor crisis alimentaria del mundo

En 5 países de la región, la población se muere de hambre: 105 millones de euros lo evitaría, afirma la Unicef

El Cuerno de África ─Somalia, Kenia, Etiopía, Eritrea y Yibuti─ padece la peor crisis alimentaria del mundo: desnutrición, sequía y encarecimiento de los alimentos. Esta región situada al este del continente sufre en la actualidad la peor crisis alimentaria del mundo.

A la hambruna y la sequía ─la peor en 60 años, según la Organización de las Naciones Unidas─ se unen otros factores, como el aumento de los precios de los alimentos, los conflictos armados y el alto número de refugiados que huyen a causa de las guerras buscando una vida mejor en sus países vecinos.

Según un programa de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), los niños que viven en estos territorios son los más vulnerables a esta crisis, que afecta a unos 18 millones de personas, de las cuales la mitad necesita asistencia humanitaria urgente (cerca de dos millones son niños menores de cinco años).

Toda esta situación extrema se puede evitar, dice Unicef, si los gobiernos locales y donantes “lideran una rápida respuesta humanitaria”. Según esta organización, “los recortes de fondos y, en algunas áreas, la denegación del acceso, amenazan con interrumpir estos servicios esenciales” que prestan a la población (campañas de vacunación vitales, asistencia sanitaria, programas para garantizar agua limpia y mejorar el saneamiento).

La Unicef calcula que para este año se necesitarán un total de 105 millones de euros para evitar que la amenaza que pesa especialmente sobre millones de niños y mujeres se agrave hasta el punto de morir o contraer enfermedades. En el año 2010, las necesidades de financiación según este organismo en esa zona eran aún mayores, de 130 millones de euros.

Los 105 millones de euros que se necesitarían para este año, una cantidad a primera vista astronómica, suponen una cifra menor que muchas otras cuestionables inversiones de gobiernos estatales y locales.

El conflicto de Libia le cuesta a Estados Unidos cuatro millones de dólares (2.7 millones de euros) al día, según reconoció el secretario de las fuerzas aéreas estadounidenses, Michael Donley, el pasado mes de abril.

Crisis alimentaria

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), prevé un aumento del número de personas que sufre hambre en el Cuerno de África por el impacto de la sequía y los altos precios de la comida y el combustible. Según la agencia, los altos niveles de desnutrición crónica están muy extendidos en toda la región y más de ocho millones de personas requieren de ayuda de emergencia en Yibuti, Etiopía, Eritrea y Somalia.

Desde hace años, Unicef viene reclamando a los gobiernos locales y occidentales ayudas económicas para evitar la muerte de decenas de miles de niños (en 2006 se estimaban más de 40 mil) en el Cuerno de África. La semana pasada, el coordinador humanitario de la ONU para Somalia, Mark Bowden, señaló el alarmante índice de malnutrición, “el más alto en el Cuerno de África al afectar al 30 por ciento de la población infantil de manera aguda”, y subrayó que las necesidades humanitarias en el país no cuentan con los recursos financieros necesarios.

Entre los asuntos que han provocado el agravamiento de la situación humanitaria está, además de la inestabilidad política, el desorbitado encarecimiento de los alimentos, cuyo precio ha aumentado un 270 por ciento en el país desde el año pasado, según Bowden, que señaló ese hecho como “una de las causas primordiales” de la crisis.

Sequía

La población más afectada por la sequía que sufre la región es el pueblo nómada, cuya única riqueza son sus animales, que venden y usan como alimento. En el último año, la región ha experimentado dos estaciones consecutivas con niveles de lluvias inferiores a los promedios, provocando la caída de la productividad de las cosechas, el agotamiento de los pastos y un aumento significante de la mortalidad del ganado.

Según Unicef, alrededor de 40 por ciento de los aproximadamente 19.5 millones de pastores nómadas de estas regiones africanas sobreviven con menos de un dólar al día. Estos escasos ingresos están continuamente amenazados, ya que el ganado del que dependen es vulnerable a los caprichos de la naturaleza. Cuando las sequías debilitan y matan a sus animales, estas gentes, de por sí marginadas, pierden todo lo que poseen.

Refugiados de conflictos armados

Ante una respuesta humanitaria insuficiente, la combinación de sequía y guerra en el Cuerno de África, y concretamente en Somalia, ha provocado el éxodo masivo de miles de personas hacia países vecinos como Kenia.

Allí está el mayor campo de refugiados del mundo, en Dadaab, que actualmente se ve desbordado por más de 350 mil personas. En estos campos de refugiados, según denuncia Médicos Sin Fronteras, “los refugiados, en su mayoría mujeres y niños, se encuentran sin cobijo, agua, comida ni dinero. Tardan una media de 12 días en recibir una primera ración de alimentos”.

Y la situación se agrava a medida que pasan los días. Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en lo que llevamos de año se han registrado 44 mil nuevos refugiados y se calcula que a finales de 2011 serán ya 450 mil, algo más que la población de la ciudad de Murcia.

Fuente: 20minutos.es

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