Análisis

El futuro de la seguridad alimentaria

Cómo la secuenciación del genoma completo está ayudando a descifrar los riesgos para nuestros alimentos

Para que la comida sea comida, tiene que ser segura. Los alimentos nutritivos nos proporcionan la energía y los nutrientes que necesitamos para estar saludables y activos. Para hacer eso, nuestra comida debe pasar pruebas que demuestren que no contiene niveles de toxinas o microorganismos que podrían dañarnos.

Un brote de una enfermedad transmitida por los alimentos puede alterar o destruir los medios de vida de miles de personas. Asegurarse de que los alimentos se produzcan y manipulen de manera tal que se mantengan intactos en toda la cadena de suministro, ayuda a proteger la salud de las personas, salvaguarda los empleos de las personas y crea condiciones de igualdad para el comercio.

Cuando ocurren enfermedades transmitidas por los alimentos, el trabajo de los funcionarios de salud es rastrear a los denominadores comunes del brote y encontrar la fuente de contaminación. No es un trabajo fácil. Pero las nuevas herramientas científicas lo están haciendo más rápido y más efectivo. Un avance científico importante en particular, la secuenciación del genoma completo (WGS), puede rastrear patógenos mediante la lectura de sus combinaciones de genes.

WGS es una técnica que lee información genética, revelando potencialmente una secuencia distinta mediante la cual se reconocen microorganismos específicos. Estas secuencias de ADN son como huellas dactilares. Son exclusivas de cada organismo y su tensión, y como tal, esta técnica WGS puede rastrear patógenos con una precisión que antes no era posible.

Aquí hay cuatro maneras en que WGS nos está ayudando a rastrear a los patógenos culpables y mantener nuestro comercio de alimentos fluyendo:

1. Puede ayudar a identificar con mayor precisión qué ingrediente de un alimento de múltiples ingredientes es responsable de un brote. Cuando comes un huevo y te enfermas, sabes que es el huevo. ¿Pero qué pasa si te enfermas de un quiche? ¿Son los huevos, la mantequilla, la leche u otro ingrediente? WGS puede detectar con más precisión que los métodos convencionales qué ingrediente específico transportaba el patógeno.

2. Puede determinar la fuente de contaminación. Saber en qué punto de la cadena alimentaria se contaminó la comida nos impide culpar inadvertidamente a restaurantes u otras empresas que se encuentran a nivel del consumidor.

3. Puede ayudar a determinar qué enfermedades son parte de un brote. Cuando ocurren los brotes, es muy difícil saber si la causa de la enfermedad de una persona es la misma que la de otra, especialmente si se encuentran en diferentes partes del país. Con la secuenciación del genoma, es más fácil saber qué es el patógeno y el tipo de enfermedad que puede causar.

4. Puede mostrar de manera más definitiva los vínculos entre los brotes multinacionales. El intercambio global de datos de WGS podría mejorar la respuesta a un brote transmitido por los alimentos y evitar que se propague más.

La tecnología WGS es de aplicación universal y el intercambio global de datos es esencial para aprovechar al máximo esta herramienta. Sin embargo, mientras el costo de esta tecnología está disminuyendo, no todos los países tienen los medios para adoptarla. A menudo faltan infraestructura de laboratorio y capacidades para realizar este tipo de análisis, especialmente en países menos desarrollados. Debe haber un compromiso global para hacer que WGS esté disponible en todos los países para fortalecer los sistemas de inocuidad de los alimentos en los ámbitos mundial y local, para que WGS se convierta en una herramienta eficaz para todos. La FAO facilita una red informal de países en desarrollo para compartir información, conocimiento y experiencia en el uso de WGS para la gestión de la inocuidad de los alimentos. Al 1 de agosto de 2018, 17 países estaban participando.

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