Análisis

El hambre impulsada por el conflicto empeora

Un nuevo informe para el Consejo de Seguridad de la ONU destaca el hambre en las zonas de conflicto

La situación en los ocho lugares del mundo con el mayor número de personas que necesitan ayuda alimentaria de emergencia muestra que el vínculo entre el conflicto y el hambre sigue siendo demasiado persistente y mortal, según un nuevo informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA). El informe fue preparado para el Consejo de Seguridad de la ONU, que en mayo adoptó una resolución histórica sobre la prevención del hambre en zonas de conflicto.

La situación en Afganistán, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Sudán del Sur y Yemen empeoró en la última parte de 2018 en gran parte debido al conflicto, mientras que Somalia, Siria y la cuenca del lago Chad han visto algunas mejoras en línea con el aumento de la seguridad. En total, alrededor de 56 millones de personas necesitan de manera urgente alimentos y medios de subsistencia en las ocho zonas de conflicto.

La violencia contra los trabajadores humanitarios está creciendo, según el informe, obligando a las organizaciones a suspender sus operaciones y privar a las poblaciones vulnerables de asistencia humanitaria. En 2018, los trabajadores humanitarios y las instalaciones fueron atacados en todos los países incluidos en el informe.

La Resolución 2417 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es una condena inequívoca de la inanición como herramienta de guerra. Hace un llamamiento a todas las partes en conflictos armados para que cumplan con sus obligaciones en virtud del Derecho Internacional Humanitario para minimizar el impacto de las acciones militares en los civiles, incluida la producción y distribución de alimentos, y para permitir el acceso humanitario de manera segura y oportuna a los civiles que necesitan alimentos que salvan vidas. Asistencia nutricional y médica.

El creciente número de conflictos prolongados en el mundo está creando niveles de hambre sin precedentes e inaceptables.

La guerra de tres años de Yemen es una clara demostración de la necesidad urgente de que cesen las hostilidades para hacer frente a la mayor emergencia de seguridad alimentaria del mundo. En su análisis de país, el informe señala que las partes en conflicto ignoraron el estado de protección de las instalaciones humanitarias y el personal que realizó las operaciones de ampliación para evitar que la hambruna sea una tarea difícil y peligrosa.

En la segunda mitad de 2018, la República Democrática del Congo tenía el segundo mayor número (13 millones) de personas con inseguridad alimentaria aguda, impulsada por un aumento del conflicto armado.

En Sudán del Sur, donde los conflictos civiles han persistido durante más de cinco años, se espera que la temporada de escasez comience antes de lo normal, según el informe, lo que aumenta a los que necesitan apoyo urgente a más de cinco millones entre enero y marzo de 2019.

A lo largo de la cuenca del lago Chad, incluyendo el noreste de Nigeria, la región de Chad y la región de Diffa en Níger, donde los militantes de Boko Haram están activos, se proyecta un deterioro importante de la seguridad alimentaria durante la temporada de escasez de este año (junio-agosto de 2019), y se espera que tres millones de personas enfrenten una aguda inseguridad alimentaria.

En Afganistán, se proyecta que el porcentaje de afganos rurales que enfrentan déficits agudos de alimentos alcance el 47 por ciento (o 10.6 millones de personas) para marzo si no se brinda asistencia urgente para salvar vidas. En la República Centroafricana, el conflicto armado siguió siendo el principal impulsor del hambre en 2018, con 1.9 millones de personas que sufrían graves déficits alimentarios.

Seguimiento de la seguridad alimentaria en países con situaciones de conflicto, es el quinto informe elaborado por la FAO y el PMA para el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas desde junio de 2016. El objetivo del informe es proporcionar a los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas información actualizada sobre la inseguridad alimentaria y reforzar la necesidad urgente de orientar los esfuerzos para resolver conflictos para acabar con el hambre. Es parte de un esfuerzo más amplio de la FAO, el PMA, la Unión Europea y otros organismos para supervisar y analizar las crisis alimentarias mundiales con el fin de proporcionar información y respuestas coordinadas y oportunas.

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